“Necesitamos lo anti-Trump, pero también necesitamos reformas: tenemos que cambiar las leyes migratorias”
Melanie Pineda, de 27 años, votará por Kamala Harris pero insta a los demócratas a que no dejen pasar otros cuatro años sin reformar el sistema de inmigración
El voto latino será clave en las elecciones del 5 de noviembre porque ni Kamala Harris ni Donald Trump pueden ganar la Presidencia sin el apoyo de una fuerza que ya suma 36 millones de votos. A un mes de la cita en las urnas, EL PAÍS comienza este viernes una serie de entrevistas para conocer qué piensan, qué les preocupa y qué le piden a los políticos los votantes hispanos.
Melanie Pineda recuerda el Gobierno de Trump como “un infierno”. Aquella elección del 2016 fue la primera vez que esta inmigrante boliviana y salvadoreña de primera generación nacida en Virginia pudo votar: tenía 19 años y al igual que hicieron un 55% de los votantes menores de 30 años, votó demócrata. En noviembre Pineda volverá a apoyar al partido azul porque teme el retorno del expresidente y lo que promete hacer con la comunidad inmigrante durante su segundo mandato: deportar a todos los que pueda y sellar la frontera. “Recuerdo cómo fueron las leyes de inmigración bajo la Administración Trump y es algo que no quiero para las comunidades a las que ayudo”, asegura Pineda, quien trabaja en el sector sin ánimo de lucro asesorando a otros inmigrantes.
Por ello, la reforma del sistema migratorio es su prioridad como votante. Y aunque cree que Harris es la candidata más cualificada para llevar a cabo esa mejora de las leyes y políticas migratorias, Pineda insta al Partido Demócrata a realmente darle prioridad en su agenda. “The democrats llevan cuatro años en el poder y yo no quiero que pasen cuatro más sin que nada cambie”, señala en spanglish.
Pregunta. ¿Ya ha decidido su voto para el 5 de noviembre?
Respuesta. Voy a votar por Harris, pero siento que nuestras opciones son muy limitadas. La primera vez que pude votar fue en 2016, lo cual fue una elección muy dramática e intensa. Siento que desde entonces, cada vez que hemos tenido que votar se ha sentido más y más limitado, no se siente como una democracia. Es más como, estas son tus dos opciones y esas van a ser tus dos opciones para siempre.
P. ¿Qué es lo que más ha influido en su decisión?
R. Por mi trabajo, los derechos de los migrantes. En este momento se está conversando mucho sobre la inmigración y de ambos lados hay problemas por cómo hablan de la situación en la frontera y sobre las comunidades migrantes. Pero al mismo tiempo, recuerdo cómo fueron las leyes de inmigración bajo la Administración de Trump y es algo que yo no quiero para las comunidades que ayudo. Porque honestamente fue un infierno.
P. Si tuviera a Trump delante, ¿qué le diría?
R. Le preguntaría por qué es tan raro. ¿Por qué eres como eres? O sea, te han dado todo en la vida para ser exitoso, para ser este gran hombre, y, en cambio, has hecho sufrir a las personas de una manera que yo jamás podría imaginar. What’s wrong with you?
P. ¿Y a Harris?
R. Le diría que entiendo que está centrando su plataforma en ser la opción opuesta a Trump, pero necesitamos más. Necesitamos lo anti-Trump, pero también necesitamos reformas: tenemos que cambiar las leyes migratorias y la forma en que tratamos a las personas que vienen a este país. Y se tiene que poder hacer esos cambios. Llevan cuatro años en el poder y yo no quiero que pasen cuatro más sin que nada cambie.
P. ¿Qué es ser latino en Estados Unidos para usted?
R. Significa ser muy valiente, inteligente, muy chingona y un risk taker. Tenemos que trabajar dos veces más duro que los gringos para no solo sobrevivir, pero para acelerar. Es una identidad que tiene mucho orgullo, pero no es algo que viene fácil porque hay limitaciones en la forma que otras personas nos ven.
P. ¿Ha sentido prejuicio o racismo?
R. Una vez estaba viajando con mi familia por una zona muy rural de Ohio y entramos en una gasolinera para comprar agua y el dueño del lugar nos dijo que nos fuéramos, que nos dispararía si no, que nos iba a matar. Yo tenía como 10 años, no entendía por qué nos decía eso, pero mi mamá me dijo que fue porque nos escuchó hablando español. No es la única vez que me ha pasado algo así, pero es el primer episodio que recuerdo porque fue muy impactante. Cambió la manera en la que yo me veía a mí misma.
P. ¿Qué le gusta de Estados Unidos?
R. Me gusta la mezcla de cultura, de identidad — la diversidad. Es algo muy especial y difícil de encontrar en otros países. Y eso se debe a nuestras comunidades migrantes.
P. Si tuviera una varita mágica, ¿qué cambiaría de Estados Unidos?
R. Las leyes migratorias, inmediatamente. No hay ninguna razón por la que debe ser tan complicado vivir en este país si no has cometido ningún delito, no has causado daño a otra persona, pagas tus impuestos, contribuyes a tu comunidad… No es difícil permitir que esas personas vivan con estatus y sin terror. Es un gran fallo de este país porque las comunidades migrantes traen más bien que mal y este lugar no funciona sin ellos.
P. ¿Cómo se imagina dentro de 10 años?
R. Mi deseo sería una abogada y trabajar en defensa de los derechos humanos, especialmente de los inmigrantes. Solo 2% de las abogadas en Estados Unidos son latinas, se nos necesita en este campo.