Trump admite que la situación en la frontera ha mejorado
El candidato republicano ofrece una conferencia de prensa en California para criticar el récord de su oponente como fiscal de distrito en San Francisco
Donald Trump sigue en control de daños a tres días de su derrota en el debate presidencial celebrado en Pensilvania. El candidato republicano ha ofrecido una conferencia de prensa en uno de sus campos de golf, ubicado en la costa californiana, para criticar las políticas progresistas del Estado y el récord de Kamala Harris como fiscal de distrito de San Francisco. El expresidente ha centrado uno de los mensajes principales de su campaña en la inmigración irregular, pero esta mañana ha admitido brevemente que la situación ha mejorado.
“Dice [la Administración de Joe Biden] que la frontera está mejor a como estaba, algo que hicieron por cuestiones electorales. No está bien, pero está un poco mejor”, señaló Trump en su campo de golf, ubicado en la comunidad costera de Rancho Palos Verdes, al sur de Los Ángeles. A inicios de septiembre, Washington reconoció que los cruces ilegales en la frontera habían aumentado ligeramente durante agosto. Aún así, el Departamento de Seguridad Interior señaló que se encuentran en su punto más bajo del Gobierno del presidente demócrata, por debajo de las 60.000 detenciones mensuales.
A pesar de que los números de aprehensiones en la franja son similares a los que se registraban en septiembre de 2020, un logro conseguido con la restricción del asilo, Trump sigue calificando la situación como la peor de la historia. El candidato asegura, sin probarlo, que han ingresado 21 millones de personas en los últimos años. La cifra varía mucho entre los políticos republicanos en campaña. Algunos la colocan en once millones.
“Todos los Estados se han convertido en Estados fronterizos, y yo soy el presidente de la frontera (...) Espero que me llamen así porque les mostraré el trabajo de seguridad que podemos hacer”, aseguró en la conferencia, dándole la espalda al Océano Pacífico.
El candidato repitió en la rueda de prensa algunas de las falsedades que alimentan el duro mensaje contra la inmigración, como que han llegado criminales y violadores liberados de manicomios y cárceles por gobiernos sudamericanos, como el de Venezuela. Los dichos han sido refutados una y otra vez. Esta semana lograron un momento viral cuando Stephen Miller, el radical asesor de Trump para inmigración, perdió los estribos cuando un periodista chileno de NTN24 le cuestionó si creía en las cifras proporcionadas por el régimen de Nicolás Maduro.
Cargó nuevamente contra los haitianos que están en Springfield, Ohio, quienes ingresaron al país de forma legal gracias al parole humanitario de Biden. “Unos 20.000 inmigrantes ilegales de Haití han descendido en un pueblo de 58.000 destruyendo su estilo de vida... A la gente del pueblo no le gusta hablar de eso porque es malo para ellos”, señaló Trump, quien ahora se abstuvo de repetir que los inmigrantes se están comiendo a las mascotas de los locales, un bulo que lo convirtió en un meme tras la noche del debate. Sin embargo, el candidato aseguró que deportará a los haitianos “de vuelta a Venezuela” cuando comience su operativo de deportación masiva.
Críticas a Harris como fiscal
Trump comenzó su comparecencia hablando del éxito que es su club de golf. “Nunca lo he anunciado porque siempre está lleno de golfistas muy buenos. Es un campo de campeonato mundial”, aseguró a la prensa. Ubicado a solo 30 millas de Los Ángeles, menos de 50 kilómetros, el presidente dedicó el resto de su discurso a criticar a California y pintar al Estado más poblado del país, con 39 millones de habitantes, como una zona de desastre repleta de crimen, inmigrantes ilegales, la crisis de los sin techo, altos impuestos y exceso de regulación. Entre los responsables de esto está, en su opinión, su rival Kamala Harris, quien inició su carrera política como fiscal de distrito en el condado de Alameda (San Francisco).
“Kamala destruyó San Francisco y destruyó el Estado, que es el mejor pedazo de bienes raíces en todo el mundo”, aseguró Trump. El republicano, quien busca remontar en unas encuestas que están todavía muy cerradas, aseguró que Harris, que llegó a ser fiscal general de California antes de saltar al Senado, es una de las mentes detrás de las “ciudades santuario”, una política con la que las ciudades progresistas dejaron de hacer detenciones con fines de deportación. También la acusó de exigir que se retire financiamiento a la policía.
Trump leyó de un papel un par de polémicas que marcan la carrera de Harris como procuradora de justicia. La acusó de haber defendido y no deportado a Edwin Ramos, un miembro de la pandilla salvadoreña MS 13 que mató por error a un hombre y dos hijos en 2008. El republicano recordó también el nombre de Rony Aguilera, un hondureño de 17 años que arribó ilegalmente al país y recibió protección de las autoridades de San Francisco para evitar ser devuelto a su país. Cinco años más tarde, Aguilera mató a un joven de 14 años por una disputa entre pandillas. Tanto Aguilera como Ramos están hoy en prisión purgando cadenas perpetuas. California tiene actualmente una tasa de homicidios por debajo de la media del país, aunque otros delitos violentos han ido en aumento.
La campaña republicana ha elevado las críticas a California, el gran bastión progresista de Estados Unidos. Tanto Trump como su candidato a vicepresidente, JD Vance (quien vivió varios años en San Francisco) han cargado contra el granero demócrata, que representa 54 puntos del Colegio Electoral, un punto menos que hace cuatro años por la emigración interna.
Para contrarrestar esta narrativa en plena campaña, el gobernador del Estado, Gavin Newsom, firmó este jueves una ley que endurece los castigos a los robos de tiendas con violencia. La nueva norma exige a los fiscales pedir mayores penas para quienes al cometer un delito dañen o destruyan propiedades con valor de 50.000 dólares. Una ley similar quedó obsoleta en 2018, lo que hizo aumentar el tipo de robos conocido como smash and grab, con lo que delincuentes toman por asalto un establecimiento y se llevan todo lo que puedan. Con su firma, el gobernador pone en vigor la norma hasta 2030.