¿Cuánto vale un Kennedy para Trump?

El excandidato independiente tiene un impacto marginal en las aspiraciones del expresidente, pero puede ayudar en los territorios que están en disputa

Donald Ttrump recibe en el escenario a Robert F. Kennedy Jr. en un mitin en Arizona.Evan Vucci (AP)

La campaña de Donald Trump ha anunciado este martes que sumará a su equipo de transición a dos antiguos militantes del Partido Demócrata, Robert F. Kennedy y la excongresista por Hawái Tulsi Gabbard. Ambos políticos anunciaron públicamente su respaldo al candidato republicano la semana pasada. Trump los sube a su barco a 70 días de las elecciones del 5 de noviembre con la esperanza en que ambos puedan auxiliar en una contienda muy cerrada. Los analistas se muestran escépticos, de momento, con que los nuevos aliados del expresidente tengan la fuerza necesaria para empujarlo a la victoria decisiva en otoño.

“Me han pedido que forme parte del equipo de transición para que ayude a elegir a la gente que estará en el Gobierno”, explicó el lunes Kennedy Jr. a Tucker Carlson en X. El grupo está eligiendo a los perfiles que ocuparán unos 4.000 puestos federales en el Gabinete, si es que los republicanos triunfan sobre Kamala Harris y Tim Walz. Es la nueva encomienda de RFK Jr., un abogado ambientalista y famoso activista antivacunas, que abandonó su candidatura sin partido a la presidencia para sumarse a la campaña de Trump.

El equipo está conformado por los hijos del presidente, Eric y Don Jr., además de dos de los principales donantes a la candidatura, el multimillonario financiero Howard Lutnick, de la firma Cantor Fitzgerald, y a Linda McMahon, la cofundadora de la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE). El candidato a la vicepresidencia JD Vance también juega un rol en las decisiones.

“Kennedy le puede representar un 1% a Donald Trump. Eso puede ser todo para Trump en los Estados bisagra”, aseguró el fin de semana Frank Luntz, un encuestador conservador que suele trabajar para el Partido Republicano. “La razón por la que Kennedy tuvo fuerza y llegó a tener 10 y hasta 15 puntos es porque le estaba quitando puntos a Joe Biden. Biden se fue y llegó Harris, lo que hizo que el voto de Kennedy colapsara a 4-5%”, dijo Luntz a la cadena conservadora News Nation.

El agregador de encuestas de The Washington Post aún pone a Trump por delante de Harris en cuatro de los siete Estados que definirán la elección del 5 de noviembre. El expresidente está a la cabeza en Carolina del Norte y Arizona por un punto; en Nevada por dos puntos y en Georgia tiene la distancia más holgada, de tres. El diario recuerda que los sondeos subvaloraron a Trump en algunos territorios decisivos en las elecciones de 2016 y 2020. Harris aventaja de forma apretada en Michigan, Pensilvania y Wisconsin. En todos por tres puntos o menos.

El medio FiveThirtyEight de la cadena ABC estima que el impacto de Kennedy, hijo del exfiscal general Robert Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy, es mínimo en la campaña republicana. Los analistas creen que el abogado puede tener cierto atractivo, aunque marginal, entre los votantes blancos, hombres y de mayor edad, un grupo demográfico entre el que Trump ya es bastante popular. Algo similar apunta un análisis reciente de EL PAÍS.

El agregador de encuestas indica que si Kennedy Jr. se quita de la ecuación, Kamala Harris se ve favorecida en las encuestas con un 1,3% más. Este viene, principalmente, de potenciales votantes asiáticos, negros e hispanos. Trump, en cambio, obtiene un 1,5% si se elimina la tercera candidatura y consolida su apoyo entre los mayores de 30 años y el voto rural. Nicole Shanahan, la candidata a la vicepresidencia de RFK Jr., aseguró la semana pasada que restarle votos a la derecha fue uno de los elementos que tomaron en consideración para abandonar la carrera.

Kennedy estuvo 16 meses en campaña rumbo a la presidencia. Primero comenzó al interior del Partido Demócrata, el que cobija a la dinastía a la que pertenece. El abogado ambientalista quiso disputar la candidatura a Joe Biden. Después de hacer sus cálculos, apostó por una campaña independiente en la que juró nunca sumarse a Trump. Su ambición estuvo opacada por una ristra de escándalos. Desde acusaciones de hostigamiento sexual, dichos racistas y hasta un extraño episodio ocurrido en Central Park hace diez años. También enfrentó decenas de obstáculos para que su nombre apareciera en la boleta electoral en los 50 Estados.

Más incierto será el impacto de Tulsi Gabbard al esfuerzo por llevar a Trump a la Casa Blanca. La excongresista por el segundo distrito de Hawái abandonó el Partido Demócrata en 2022 al asegurar que la institución estaba controlada por una “facción elitista de fanáticos de la guerra que se conducen por un wokismo cobarde”.

Gabbard estuvo en el Congreso entre 2013 y hasta 2021. En 2020 participó en las primarias rumbo a la candidatura presidencial, pero no logró posicionarse rumbo a la convención demócrata. Su salida del partido en el poder la hizo muy popular entre las voces conservadoras de Estados Unidos. Robert F. Kennedy la tuvo en consideración para que la acompañara en su ticket sin partido como candidata a la vicepresidencia. Gabbard le dijo que “lo rechazaba respetuosamente”. Ambos trabajarán ahora juntos bajo las órdenes de Donald Trump.

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