Planned Parenthood dejará de practicar abortos en Nueva York después de las 20 semanas de embarazo
Aunque el Estado sigue siendo un santuario del aborto legal, uno de los principales proveedores de atención de la salud sexual y reproductiva suspenderá hasta nuevo aviso los procedimientos pasada la mitad del embarazo
La larga sombra de la decisión de la Corte Suprema de anular el fallo de Roe vs. Wade también está impactando a Nueva York. Aunque el Estado sigue siendo un santuario del aborto legal, se conoció que Planned Parenthood, uno de los principales proveedores de atención de la salud sexual y reproductiva, suspenderá hasta nuevo aviso los abortos después de las 20 semanas, además de procedimientos que requieran la sedación profunda. La noticia, achacada a dificultades financieras, provoca un evidente temor en las mujeres, pero las autoridades han asegurado que harán lo posible por restablecer cuanto antes el servicio.
Debido a “problemas financieros y políticos”, a partir del próximo tres de septiembre el Centro de Salud de Planned Parenthood en Manhattan pondrá “una pausa temporal” a sus servicios, y se espera que sus clínicas en ciudades al norte del Estado como Goshen, Amsterdam, Cobleskill y Staten Island hagan lo mismo en las siguientes semanas, según confirmó la organización en un comunicado de prensa.
“Las pacientes que necesitan un aborto en las últimas etapas del embarazo se encuentran entre las más vulnerables de las comunidades a las que servimos”, dice el comunicado. “Estamos desconsolados de que PPGNY sea incapaz en este momento de absorber el costo de su sedación”.
También dejaron saber que “las fallas sistémicas en el sistema de salud de los Estados Unidos han generado desafíos sin precedentes”, que están obligando a muchos proveedores de servicios de salud a tomar medidas para ahorrar costos y buscar cambios estructurales a largo plazo”. Entre los retos para la organización, según aclararon, están los crecientes gastos de funcionamiento, los reembolsos poco fiables de las aseguradoras, la recuperación de la pandemia de coronavirus, un presupuesto estatal para el año fiscal 2025 “que se quedó corto a la hora de responder a las necesidades de los proveedores de atención sanitaria sexual y reproductiva”, además de “un panorama político hostil” en el país.
A pesar de la suspensión de la sedación profunda, los funcionarios insisten en que las pacientes seguirán teniendo acceso a anestesia local y sedación moderada para la realización de abortos más tempranos y otros servicios. Como la organización “no puede permitirse” la subcontratación de servicios de anestesiología “en esta época de profunda crisis”, en lo adelante utilizará a sus propios médicos y enfermeras para llevar a cabo los procedimientos.
La sede de Planned Parenthood en Manhattan, ubicada en Bleecker Street, es el único centro de la organización que ofrece el servicio de aborto para embarazos de más de 20 semanas, en un Estado donde esta práctica es legal hasta las 24 semanas de embarazo, y se valora la posibilidad de riesgo para el feto o la madre en embarazos más avanzados.
Aunque Planned Parenthood —donde solamente el pasado año registraron 30.000 visitas para abortar en todo el Estado, según declaró a The New York Times la portavoz Senti Sojwal—no aseguró si había una fecha tentativa para la reanudación de los servicios, aunque afirmaron que se comprometían a “reanudar el aborto por procedimiento en una etapa posterior del embarazo en un futuro próximo”. También aclararon que las pacientes que requieran un aborto de este tipo, los cuales constituyen menos del 2% de sus procedimientos, o necesiten una sedación profunda, serán remitidas a uno de sus socios médicos de confianza.
Wendy Stark, presidenta y directora ejecutiva de Planned Parenthood en New York, declaró en un comunicado que ahora la organización “se encuentra en la difícil situación de hacer frente a los retos financieros que forman parte de la crisis general de la atención sanitaria en Estados Unidos”. Stark insistió en que seguirán abogando por la libertad reproductiva, por mayores porcentajes de reembolso por parte de Medicaid, y por garantizar servicios de salud sexual, reproductiva y de aborto asequibles a las comunidades negra, latina e indígena, a las personas LGBTQ+, a familias con bajos ingresos y sin seguro, a personas con discapacidades, a inmigrantes, y otros en estado de vulnerabilidad. Según la organización, más del 50% de los pacientes de los centros de salud de Planned Parenthood dependen de Medicaid.
“Nueva York está siendo llevado al límite”
A pesar de que la noticia causa considerable impacto, no es algo que las autoridades médicas y funcionarios de Planned Parenthood no hubiesen alertado desde antes. A inicios de julio, apareció en las páginas del medio NYN Media un artículo de opinión firmado por Stark y otros ejecutivos de Planned Parenthood donde alertaron que la decisión de hace dos años del Tribunal Supremo de Estados Unidos de anular el caso Roe contra Wade, y con este el derecho federal al aborto en todo el país, inició “un efecto dominó” que no solo ha impactado a mujeres embarazadas, sino que representa un desafío para la atención de la salud reproductiva en general.
“Las prohibiciones del aborto amenazan la sostenibilidad de los proveedores de atención sanitaria y los fondos de acceso al aborto, incluso en Estados considerados seguros para la atención al aborto, como Nueva York”, dice el artículo. “Dos años después del fin de Roe, ha llegado el momento de decir en voz alta la parte silenciosa: el ecosistema de acceso al aborto de Nueva York está siendo llevado al límite”.
Los ejecutivos se refirieron no solo a la subida de los costos de los procedimientos médicos debido a la inflación en el país, sino también a la falta de proveedores de servicios de aborto en las regiones rurales del Estado y “un panorama político hostil que aumenta la demanda de servicios de aborto”.
Nueva York, donde según datos del Instituto Guttmacher se practican unos 10.000 abortos al mes, es también uno de los Estados a los que muchas mujeres llegan buscando servicios de aborto al estar imposibilidades de hacerlo en sus lugares de residencia o por los costos más asequibles. El pasado año llegaron al menos unas 6.000 pacientes de fuera que abortaron en sus clínicas.
“Tenemos la suerte de vivir en un Estado donde el aborto está cubierto por el programa estatal de Medicaid, lo que no ocurre en todo el país, pero no es suficiente”, insistieron los firmantes del artículo.
En un comunicado al que tuvo acceso The New York Times, un portavoz de la gobernadora Kathy Hochul aclaró que “el aborto sigue siendo legal y accesible a cualquier persona en Nueva York” y aseguró que la gobernadora había asignado 35 millones de dólares a un Fondo de Apoyo a los Proveedores de Aborto con el fin de ampliar el acceso a esta práctica en el Estado.