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El pan como lenguaje de autocuidado

Cuando la cocina se vuelve un lugar para hablar de lo que casi nunca decimos: el cuerpo, la salud y el cuidado

Cada día, en México, mueren cerca de veinte mujeres por cáncer de mama. Es la primera causa de muerte por cáncer entre mujeres en el país, y muchas de esas vidas podrían salvarse con un diagnóstico a tiempo. La información, la prevención y el autocuidado siguen siendo las herramientas más simples y efectivas que tenemos.

En 2020, el equipo de LENOM nos invitó a participar en una campaña colectiva para apoyar la atención a pacientes con cáncer de mama y difundir información sobre la detección temprana. Cada negocio se sumaría creando un distintivo rosa en alguno de sus productos. En Rosetta decidimos hacerlo a nuestra manera: con pan. Así nacieron las Conchichis, conchas en forma de senos que invitan, con humor y ternura, a hablar de autoexploración. Así nació una iniciativa que nos recordó que la cocina también puede ser una herramienta de conciencia, colaboración y cuidado.

Hacer pan con esta forma —imperfecta, diversa, viva— fue un gesto espontáneo nacido de la preocupación y la esperanza. El pan acompaña nuestras celebraciones y duelos, tiene la fuerza simbólica de unirnos y también puede convertirse en una herramienta de reflexión.

Desde entonces, muchas panaderías de distintas partes del país se han sumado a la iniciativa. Cada una interpreta las Conchichis a su manera, con otros sabores, colores o formas. Esa diversidad es parte de su fuerza: un recordatorio de que cada cuerpo es único. Pero también una invitación a hablar de nuestros cuerpos con naturalidad, sin culpa ni tabúes.

A lo largo de los años, hemos buscado que más panaderías se unan al esfuerzo colectivo de donar y difundir el mensaje de la detección temprana. Lo más valioso ha sido ver cómo un gesto tan sencillo se convierte en una red de colaboración entre cocineros y panaderos que, en lugar de competir, se acompañan.

Cada octubre, al hornear las Conchichis, recordamos por qué empezamos. Fundación CIMA, que desde hace más de veinte años informa, acompaña y apoya a mujeres con cáncer de mama, ha sido un pilar en esta causa. Panadería Rosetta, Toks, Green Rhino, Maison Kayser, Panadería Gala y Por los Siglos de los siglos dona las utilidades de la venta de las Conchichis a la fundación, mientras que LENOM aporta cinco pesos por cada pieza vendida y diez pesos por cada foto que se comparte en redes sociales. Las conchas están disponibles durante todo el mes de octubre.

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