El Mayo, Rubén Rocha y el eco de la elección de 2021

El contexto de esa elección reemerge hoy con el comunicado del narcotraficante capturado en Estados Unidos

Ismael 'El Mayo' Zambada y Rubén Rocha en una composición fotográfica.CORTESÍA / CUARTOSCURO

Ismael Zambada ha publicado este sábado la hasta hoy versión más detallada de su caída. El recuento coincide con lo que el embajador de Estados Unidos dijo apenas la víspera —que El Mayo no se entregó—, mas revela posibles vínculos del narcotraficante con el gobernador Rubén Rocha.

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Ismael Zambada ha publicado este sábado la hasta hoy versión más detallada de su caída. El recuento coincide con lo que el embajador de Estados Unidos dijo apenas la víspera —que El Mayo no se entregó—, mas revela posibles vínculos del narcotraficante con el gobernador Rubén Rocha.

Según El Mayo Zambada, para someterlo y llevarlo a la fuerza a EE UU, le pidieron que se encontrara con dos políticos: el mandatario sinaloense, y Héctor Melesio Cuén, hombre fuerte de la Universidad Autónoma de Sinaloa y diputado electo por la alianza.

Cuén y Rocha habían sido aliados en el pasado reciente (el primero inició el sexenio del segundo como secretario de Salud), pero sus diferencias crecieron hasta enfrentarlos en los comicios de este año. El líder de la universidad presidía a su vez el Partido Sinaloense, PAS.

Cuén fue asesinado el 25 de julio, día en que a todo México sacudió la noticia del arresto en un aeropuerto cercano a El Paso, Texas, de Zambada. La muerte del líder universitario cimbró a la política de Sinaloa y de inmediato surgieron versiones de que ambos hechos estaban relacionados. El Mayo aporta elementos al respecto.

En la carta publicada hoy, Zambada reitera que fue víctima de engaño y violencia por parte de Joaquín Loera López, hijo de su amigo y cofundador del Cártel de Sinaloa, para llevarlo a EEUU. Pero la verdadera revelación es que iban a encontrarse con Rubén Rocha.

“Guzmán López me pidió asistir a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre líderes políticos de nuestro estado”, dice la misiva de Zambada. “Estaba al tanto de la disputa entre el gobernador Rubén Rocha y Héctor Melesio Cuén (…) Se me dijo que Cuén y el gobernador Rocha, Iván Guzmán Salazar (otro hijo del Chapo) también estarían presentes en la reunión”.

Un dato más de la carta debe ser destacado antes de abordar el escándalo político que la misma ha estallado. Zambada asegura que en el asesinato de Cuén ocurrió en el mismo sitio (a las afueras de Culiacán) y momento en que él fue raptado.

La versión de Zambada llena al fin algunos de los vacíos que ni el gobierno de México, y para el caso ni el de Washington, habían solventado de uno de los eventos más inverosímiles en medio siglo de rocambolescas, sin dejar de ser trágicas, historias del narco mexicano.

Pero ese mismo relato desata nuevas conjeturas, y pone contra la pared a Morena, y no necesariamente por los dichos de un narcotraficante, sino porque existe un contexto sobre el personaje más conspicuo de la carta del Mayo.

Rubén Rocha inició el sexenio como senador de la República del movimiento de López Obrador. Con una larga carrera pública, a pocos sorprendió que se perfilara como uno de los cuadros que saltaron de la llamada Cámara Alta a una candidatura a gobernador en 2021.

En ese año, mientras las elecciones legislativas reconfiguraron el poder de la oposición, que logró el peso suficiente para construir en San Lázaro el bloque de contención, en los comicios de gubernaturas Morena dejó claro que su inercia era hacia el dominio de más territorio.

Sinaloa fue una de las 12 de 15 entidades que el oficialismo conquistó entonces, pero el acento del triunfo de Rocha (entre otros, pero ese particularmente) fue el de la sospecha: como múltiples reportajes han descrito, se dio una operación criminal para contener a la oposición.

En las horas previas a la elección del 6 de junio de 2021, el encargado de la operación electoral del PRI en Sinaloa fue retenido de forma ilegal por parte de personajes no identificados: en el mejor de los casos, otros movilizadores recibieron órdenes de no salir de casa.

Sinaloa no fue el único lugar en donde hubo violencia en ese año. Ni tampoco destacó en originalidad a la hora de ver que aspirantes renunciaban a sus aspiraciones por amenazas veladas o cumplidas. Pero sí fue donde la operación para retener y desbancar opositores fue más burda.

Tras los comicios, la oposición acudió ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) para describir la injerencia criminal, y a partir de esa denuncia, de investigaciones propias y de colegas, Héctor de Mauleón publicó en Nexos (en su edición de septiembre de 2022) “La elección del narco”.

En una de las partes relativas a Sinaloa, De Mauleón reporta: “Otra de las víctimas le contó de manera anónima al periodista Ismael Bojórquez (del semanario Ríodoce) que el objetivo de la operación era hacer ganar al candidato de Morena a la gubernatura del estado, Rubén Rocha Moya: ‘Si no gana Rocha, los vamos a matar’. La operación tenía como fin, asimismo, asegurar el triunfo del candidato a la alcaldía de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro.

“De acuerdo con Ríodoce, al advertir que sus colaboradores habían sido ‘levantados’, el candidato priista Faustino Hernández comentó: ‘Si me hubieran dicho, yo me bajo [de la contienda]’.

“Hernández había tenido que pedir la venia de Ismael El Mayo Zambada antes de lanzar su candidatura. A la fracción del Cártel de Sinaloa que dirigen los hijos del Chapo la decisión no le gustó. La noche anterior a la jornada electoral se desató el operativo que le iba a permitir al cártel robarse la elección”.

El contexto de esa elección reemerge hoy con el comunicado de Zambada. Justo es decir que el día de la trampa al narcotraficante hoy detenido en EE UU el gobernador de Sinaloa no estaba en la entidad y que, por supuesto, es solo la versión de una parte interesada.

Sin embargo, no es estigmatización contra Sinaloa dar por sentado que un mandatario estatal tiene posibilidades y/o costumbre de dialogar con líderes criminales. Qué si no eso fue en tiempo pasado, es decir priistas, la llamada pax narca, qué si no eso es lo que ahora incluso miembros de la Iglesia Católica intentan abiertamente para pacificar, por ejemplo, Guerrero.

En su carta, El Mayo se presenta como quien, con su fuerza criminal, ayudaría a dos peso completo de Sinaloa a volver al terreno de la concordia, ¿a lograr una pax narca que incluía al gobernador y a quien estaba llamado a ser una influyente voz en San Lázaro?

No menos grave con respecto a Rocha es otra de las aseveraciones del Mayo. En su relato sostiene que llegó acompañado de cuatro custodios, pero que al final solo se quedaron con él dos: uno de ellos el propio narcotraficante lo identifica como comandante de la judicial: ¿el gobernador no sabía de los servicios de custodia hacia un criminal top de un comandante de su estado?

“Creo que es importante que la verdad salga a la luz”, dice Zambada casi al final de su carta. El problema es que con los detalles que el sinaloense revela, al movimiento que triunfó el 2 de junio no le conviene que se inquiera sobre eso que el narcotraficante dice en su texto: que fue precisamente porque “confiaba” en las personas que iban a reunirse, que entró sin dudar al cuarto donde finalmente sería sometido.

Y en esa reunión, así tenga coartada para decir que él no estaba ni en su estado, Zambada contaba con la presencia de Rubén Rocha.

Mientras más detalles surgen de los hechos de 2024 más nacen dudas y preguntas sobre aquella operación criminal que impidió a los opositores a Morena movilizar a sus cuadros en la elección del 2021, fecha en que Rocha se convirtió en gobernador de Sinaloa.

Desde que el 25 de julio se conoció de la caída del Mayo Zambada se temió por una escalada de violencia. Ojalá no se dé: el propio narcotraficante pide en su carta evitar ese recurso: “hemos caminado esa ruta antes, y todos pierden”.

Lo que parece inevitable, en cambio, es el terremoto político en torno al gobernador Rocha, surgido de una elección manchada por el narco, y ahora protagonista del señuelo que se puso a Ismael Mayo Zambada para entregarlo a EE UU.

Cosas de la política, hoy Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum están en Sinaloa. El primero ya dio una primera opinión. Pidió esperar a que Rocha dé su versión. Sí. No necesariamente será hoy cuando surja toda la verdad. Ni el lunes como cree AMLO. Pero surgirá.

Porque para empezar, el juicio en EE UU en contra del narcotraficante, con sus esperables revelaciones, está lejos de siquiera haber iniciado.

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