El viraje a la izquierda de Yucatán
El Tren Maya y el voto pobre del sur aúpan a Morena en un estado tradicionalmente conservador que solía votar a contracorriente del resto del país. El PAN solo mantiene la capital, Mérida, pese a dejar buenos datos económicos y de seguridad
El pequeño municipio de Valladolid, de apenas 60.000 habitantes, es una muestra del tsunami guinda que ha tomado por sorpresa a propios y extraños en Yucatán, el turístico Estado del sureste de México, cuya carrera por la gubernatura se mantenía con pronóstico reservado incluso horas antes de la jornada electoral. En ese poblado de coquetas calles coloniales, el candidato de la alianza Morena-PT, Homero Novelo Burgos, ha ga...
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El pequeño municipio de Valladolid, de apenas 60.000 habitantes, es una muestra del tsunami guinda que ha tomado por sorpresa a propios y extraños en Yucatán, el turístico Estado del sureste de México, cuya carrera por la gubernatura se mantenía con pronóstico reservado incluso horas antes de la jornada electoral. En ese poblado de coquetas calles coloniales, el candidato de la alianza Morena-PT, Homero Novelo Burgos, ha ganado la elección del pasado domingo, según los resultados electorales, con el 51,7% de los votos, casi siete puntos por encima de su principal contrincante, Alfredo Fernández, de la coalición liderada por el PAN y el PRI. Valladolid es solo un botón de lo que ha sucedido en ese Estado considerado conservador, pero que ha contado siempre con un voto diferenciado en relación con el resto del país: panistas y priistas han gobernado de forma alterna. El Estado ahora ha girado a la izquierda.
El recuento de los resultados de la elección le sumaba a Novelo Burgos 13,658 votos, lo que el candidato a alcalde ha reconocido como histórico en declaraciones a la prensa local. Novelo Burgos es hijo del político priista Pánfilo Novelo Martín, quien fue asesinado de tres balazos en enero de 2002 en la carretera que une a Valladolid con Mérida, la capital del Estado. Novelo Martín era diputado y ese trágico día de enero también fueron asesinados su hijo, Miguel Novelo Burgos, y un asistente, en un hecho que conmocionó a un Estado conocido por su tranquilidad y bajos índices de homicidios. Novelo Burgos siguió los pasos de su padre, pero como ha ocurrido con muchos políticos en México, se decantó por presentar su candidatura a alcalde por el Movimiento de Regeneración Nacional, el joven partido fundado por Andrés Manuel López Obrador que en 10 años ha conquistado la gran mayoría de México.
Yucatán puede formar parte de esa conquista, según los resultados de la elección del domingo. Morena se perfila como ganador de siete de los nueve Estados que estaban en disputa. Yucatán es gobernado actualmente por el panista Mauricio Vila Dosal, pero el recuento de votos le da una ventaja considerable a Joaquín “Huacho” Díaz Mena, el abanderado de la alianza que lidera Morena. Los datos de la votación estatal muestran que Díaz ha logrado reunir el 50,9% de los votos, frente al 42,5% de Renán Barrera, el candidato de la colación PAN-PRI. De confirmarse los resultados por el Instituto Electoral estatal, Yucatán formaría parte de la asombrosa expansión territorial de Morena, convertido ya en la principal fuerza política de México.
Rubén Torres, académico del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la UNAM, no se atrevía días antes de la elección a hacer una predicción sobre quién ganaría la gubernatura. Los ojos de Torres estaban puestos en el resultado que arrojara la votación en Mérida, donde vive más de la mitad de la población del Estado y se concentra el poder económico y político. El PAN, que solo ha perdido en una ocasión la alcaldía de Mérida desde 1990, buscaba refrendar el triunfo del gobernador Vila en 2018, un joven tecnócrata con fama de eficiente y de haber hecho un buen trabajo al frente de la gubernatura, principalmente en el desarrollo turístico e inmobiliario, pero también por mantener los bajos índices de violencia comparado con el resto del país. De la otra orilla estaba Díaz, cuya campaña se centraba en el arrastre de López Obrador y Claudia Sheinbaum, la presidenta electa.
Las claves del triunfo guinda en Yucatán hay que buscarlas en el fuerte apoyo que tiene el presidente López Obrador debido a los programas sociales que ha desarrollado en su mandato, como becas a estudiantes de bajo recursos, pensiones a adultos mayores, transferencias económicas a las poblaciones menos favorecidas, pero también en que más de cinco millones de personas han salido de la pobreza en este sexenio.
El académico Torres afirma que “el impacto de los programas sociales se reflejó fuertemente en todo el país y Yucatán no fue la excepción”. Los panistas, explica, coqueteaban con la idea de que si lograban mantener Mérida bajo su ala iban a ganar el Estado, debido al peso que tiene la mayor ciudad de la región. La realidad se les ha revelado con sabor agrio: si bien los resultados electorales arrojan el triunfo conservador en ese enclave, Morena también avanzó mucho. “Me atrevería a decir que hubo una especie pecado de inocencia al pensar que con Mérida bastaba”, afirma Torres.
Joaquín “Huacho” Díaz supo movilizar el interior del Estado, pero también amplias zonas del sur de la capital, que al final se decantaron por Morena. Se trata de regiones económicamente más deprimidas, donde las ayudas gubernamentales tienen un fuerte peso. “Prácticamente todo se lo llevó Morena, según los datos preliminares, a excepción de Mérida, que sigue teniendo ese perfil panista, confesional, no forzosamente conservador, pero sí tradicional, muy de costumbres arraigadas dentro de la sociedad”, explica el analista. “La gente del sur de la ciudad me parece que sí ha visto un cambio significativo en su vida, los programas sociales han impactado en los bolsillos de la gente, que ven que tienen una ayuda que les permite, por ejemplo, atenderse ante una urgencia, algo que no tenía previamente”, agrega.
El maestro y ganadero Díaz Mena ya había sido candidato a gobernador en las elecciones estatales de 2012 por el Partido Acción Nacional, pero luego cambió de filas y compitió en las generales de 2018 ya con Morena, pero perdió la elección ante el joven Vila. Díaz, sin embargo, se mantuvo activo en la política local y se convirtió en el Delegado de los Programas de Desarrollo del Gobierno federal. “Como delegado se encargó por seis años de que esos recursos fluyeran y que llegara a quien tenía que llegar. Eso es importante, porque una parte del desencanto que tiene la población hacia los partidos es por las promesas incumplidas”, acota Torres.
El analista asegura que proyectos de infraestructura como el controvertido Tren Maya, duramente criticado por ambientalistas, ha generado simpatías entre la gente yucateca, que veía que las grandes obras de infraestructura se impulsaban en el norte y centro del país, lejos de sus necesidades. “Es algo que está ahí, que nos se puede negar y que funciona, la gente lo ve, a pesar de la campaña sucia que le han hecho”, afirma Torres. “También está el hecho de que las ayudas sociales terminaran bajando a las población que más lo requería hace que la gente se dé cuenta de que hay otra forma de gestionar la política”, agrega.
El liderazgo del PAN también confiaba en el legado que deja el gobernador Vila, quien ha apostado por el turismo, el sector inmobiliario, pero también ha hecho una fuerte inversión en el sector del transporte público: el gobernador anunció recientemente, por ejemplo, la compra de autobuses eléctricos a China para ampliar la capacidad del sistema local. “Es el gobernador más popular”, afirma Torres.
El joven gobernante también supo aprovechar el interés del presidente López Obrador de llevar proyectos de infraestructura al sur y sureste del país. “Vila hizo un trabajo bastante remarcable, pero no debemos olvidar que también era el gobernador de oposición consentido del Gobierno federal, que se encontró con la buena fortuna de que en el discurso ideológico y programático de Andrés Manuel, el sureste y la Península de Yucatán eran prioritarios, por lo que Vila se subió a ese tren. Él ha entregado muy buenos resultados a nivel económico, de seguridad, de empleo”, dice Torres.
El gobernador supo aprovechar el impulso de los proyectos federales, pero también mantener la distancia, sin entrar en confrontación con el mandatario morenista y sus provocaciones a quienes considera rivales políticos. “Vila sacó provecho de esta política de López Obrador, pero también se mantuvo con su partido, nunca negó al PAN, lo apoyó en lo que pudo, pero finalmente la gente hizo que todo se pintara de guinda”. Es así como Morena celebra una victoria más, el giro de Yucatán a la izquierda, mientras el PAN se lame las heridas que deja la derrota.
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