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Energía Sostenible

Salir de la oscuridad: La energía solar ilumina las comunidades en Oaxaca

Durante la ceremonia de encendido de la cuarta fase del programa Luces de Esperanza, beneficiarios de la comunidad de Shabaconde celebraron la instalación de sistemas fotovoltaicos en 99 viviendas y una escuela en tres municipios del Istmo de Tehuantepec

Faustino Espinosa, beneficiario de la 4a fase de Luces de Esperanza en Oaxaca.Iberdrola México

Desde tiempos milenarios, a las personas del municipio de San Blas Atempa, en el Istmo de Tehuantepec, se las ha distinguido por ser valientes, con carácter, fuertes y unidas, según la tradición zapoteca. Sin embargo, allá en sus periferias, justo en donde la copa de los cocoteros, los maizales, los sauces, mezquites y chicozapotes son los primeros en recibir el ocaso, el día y la noche ocurren de forma distinta para muchos de sus pobladores.

Antes de la llegada del programa Luces de Esperanza de Iberdrola México a comunidades rurales como Nizarindani o Shabaconde, la oscuridad en centenares de familias llegaba tan pronto caía el sol y, con ella, la dinámica social de sus pobladores se ajustaba a los designios de una cotidianidad sin energía eléctrica: se jugaba poco, se tenía que ir a dormir temprano y se cenaba en una penumbra casi total.

Entre campos de cultivo, animales de granja, palmeras gigantescas y hogares dispersos que lucen diminutos frente al tupido y frondoso paisaje que les rodea, algunos de los habitantes de las localidades de este municipio ubicado a más de 250 kilómetros de la capital oaxaqueña nos cuentan el antes y el después de su vida, previo a la instalación de paneles solares que hoy conforman la cuarta etapa de Luces de Esperanza en la entidad, iniciativa que ha beneficiado ya a más de 4.500 personas de la región.

Desde la entrada principal de su hogar, una pequeña choza con techo de paja y palma, Faustino Espinosa, campesino zapoteco, nos muestra un viejo y pequeño radio plateado con lámpara integrada, el cual fue por mucho tiempo la única fuente de energía eléctrica. Hoy, nos cuenta, “todo es más grande y mejor”, ya que puede tener varias partes de su casa completamente iluminadas y además prepararse su cena cómodamente y quedarse despierto un poco más tarde mientras recibe a sus amigos para platicar.

Victoriano Reyes, beneficiario del programa Luces de Esperanza en Oaxaca.Iberdrola México

No muy lejos de la casa de don Faustino se encuentra el hogar de la familia de Victoriano Reyes, quien reflexiona sobre la importancia de tener energía solar en su casa que, situada en medio del campo, está alejada del centro de San Blas Atempa, en donde tenía que acercarse hasta hace apenas unos meses cuando quería hacer algo tan simple como recargar la batería de su teléfono móvil.

“Tal vez en otros lados solo sean cuatro foquitos, pero para nosotros tener electricidad en casa lo es todo. Ahora tenemos la posibilidad de usar una licuadora, una radio y una televisión. Y eso ya es una ventaja, especialmente aquí, que es nuestro hogar desde tiempos milenarios. Aquí vivieron nuestros ancestros y hemos vivido de generación en generación. Con la llegada de los paneles solares y de la luminaria, podemos pensar en producir y hacer algo más grande hacia el futuro. Con la luz, la mentalidad cambia…cambia todo”, subraya Victoriano Reyes.

Para la cuarta fase de este programa en Oaxaca, Iberdrola México ha invertido siete millones de pesos en la instalación de sistemas solares -conformados por paneles y baterías- teniendo como aliado técnico a Iluméxico. En esta iniciativa social, se da mantenimiento oportuno y se acompaña a los beneficiarios antes y después de la instalación, estudiando cada caso y previniendo y atendiendo cualquier incidente o falla, ya sea presencialmente o por vía remota.

David Hernández, beneficiario.Iberdrola México
Para nosotros esto es una oportunidad, porque ya tenemos algo más y estamos mejor. Los niños también están más contentos, hacen su tarea y juegan más.
David Hernández, beneficiario de Luces de Esperanza en San Blas Atempa.

En esta nueva fase del proyecto, Luces de Esperanza ha impactado de forma positiva la vida de 415 personas en 11 comunidades rurales de tres municipios del estado: San Blas Atempa, San Juan Guichicovi y San Francisco Ixhuatán.

“Somos la primera generación con electricidad en nuestras casas. Hoy comienza una nueva etapa para nuestra comunidad, más iluminada y más unida que nunca por el programa Luces de Esperanza Gracias por voltearnos a ver”: Victoriano Reyes, beneficiario.
Este programa, que cuenta con Iluméxico como aliado técnico y el acompañamiento de gobiernos estatales y municipales, aporta un ahorro para familias acostumbradas a gastar parte de sus recursos en velas y pilas y les permite destinar más tiempo a actividades productivas.Iberdrola México
Habitantes de las comunidades de San Blas Atempa, en Oaxaca.Iberdrola México
Ceremonia de encendido de la cuarta etapa del programa Luces de Esperanza en Oaxaca.Iberdrola México

Durante la ceremonia de encendido de esta cuarta etapa, celebrada en la comunidad de Shabaconde -en el municipio de San Blas Atempa- el pasado 30 de julio, Paola Martínez, directora de Comunicación y Responsabilidad Social de Iberdrola México, ratificó el compromiso de la compañía con aquellas comunidades que debido a su ubicación o condición socioeconómica han quedado fuera de la electrificación por redes convencionales.

Pobladores de San Blas Atempa y miembros de Iluméxico e Iberdrola México durante el encendido de la cuarta etapa de Luces de Esperanza en Oaxaca.Iberdrola México

“Con esta iniciativa buscamos que todas las personas tengan las mismas oportunidades de desarrollo, brindando un servicio tan esencial como es la electricidad. Este proyecto refleja nuestro compromiso con las comunidades”, subrayó la directora ante autoridades del gobierno local y personas beneficiadas por el programa, que hasta la fecha ha llegado a los estados de San Luis Potosí, Oaxaca y Puebla, en beneficio de más de 7.700 personas.

Iberdrola México benefició a 415 personas durante la cuarta fase de Luces de Esperanza en Oaxaca.Iberdrola México

Por su parte, Alicia Valcarce, directora de la Fundación Iberdrola México, enfatizó que la compañía “tiene el objetivo de trabajar a largo plazo en este y otros proyectos sociales que acompañan totalmente al negocio y contribuyen al desarrollo de las comunidades”. Además, puso en valor el programa Luces de Esperanza porque se vincula directamente con la esencia de la compañía energética y porque, de acuerdo con cifras del Inegi, todavía hay un 1 % de la población que no cuenta con luz en sus hogares en México.

Luces de Esperanza arrancó en 2019 y cuenta con un presupuesto asignado de 80 millones de pesos. El programa contribuye al logro de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) entre los que se destaca el combate a la pobreza, garantizar energía asequible y no contaminante, la reducción de las desigualdades y la edificación de ciudades y comunidades sostenibles.

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