Ir al contenido

Sandra Garibaldi, diseñadora: “Nosotros hicimos nuestro ‘Victoria’s Secret Fashion Show’ canero”

Cana77 es un proyecto que organizó el primer desfile de moda de ropa hecha por personas privadas de su libertad

Una parvada de pájaros negros vuela detrás de un casco color amarillo con una cresta roja. El resto de la armadura deja entrever un cuerpo fornido e imponente delante de lo que parecen unas rejas grises. La palabra ‘cana’, alusiva a la cárcel y situada debajo de la figura de este espartano, deja entrever el origen de esta representación bordaba en la parte trasera de un chaleco café: el Reclusorio Sur de la Ciudad de México. Ubicado al sureste de la capital, este lugar, junto con el Reclusorio de Santa Martha Acatitla, son los centros penitenciarios con los que Cana77 trabaja para la confección de ropa hecha completamente por personas privadas de su libertad, como esta prenda.

El proyecto nació en 2020 cuando Ismael Corona (Ciudad de México, 33 años) y Sandra Garibaldi (Ciudad de México, 41 años) juntaron su talento, ella en diseño y él en serigrafía, para ofrecerle a las personas recluidas una opción de trabajo. “Puedes vivir de hacer ropa. Es una opción tangible para evitar la repetición y lograr la reinserción”, asegura Garibaldi. Todo empezó con una pregunta que la diseñadora, en plena pandemia, le planteó a su amigo Corona. Rebasada de trabajo, Garibaldi necesitaba personas que supieran coser para que la apoyaran. Corona conocía a alguien que podía ayudarla, pero había un inconveniente. “Yo sé quién, pero está dentro del Reclusorio Sur”, contestó él. Sin dudarlo, ella aceptó al instante.

No era la primera vez que ambos se embarcaban en un proyecto de esta índole. Para entonces, Corona daba clases de serigrafía en centros penitenciarios y, además, había sido parte de la Compañía de Teatro Penitenciario cuando estaba privado de su libertad en Santa Martha Acatitla. Garibaldi, por su parte, había impartido talleres de dibujo en reclusorios y contaba con experiencia trabajando con esta población. Cinco años después, Cana77, el nombre bajo el que esta iniciativa tomó forma, ya tuvo su primer desfile de moda en el que se exhibieron 81 prendas. Desde el diseño de las figuras que forman parte de la ropa y su impresión en la tela, hasta el planchado y la costura, cada pieza fue elaborada por personas privadas de su libertad. “Nosotros hicimos nuestro ‘Victoria’s Secret Fashion Show canero’”, suelta Garibaldi, entre risas.

El estilo de esta primera colección de Cana77 es también un reflejo de aquello con lo que las personas privadas de su libertad se sienten identificadas. “Lo que tú no puedes decir, lo puedes expresar a través de tu ropa”, señala Corona. Así, los conjuntos que fueron exhibidos son una manifestación de pertenencia a una subcultura que predomina en los centros penitenciarios. “Esta onda de la pandilla y de vestirte cholo. El estar tumbado (vestimenta holgada), estrafalario y de colores azul, beige o negro”, describe el serigrafista. Conscientes de que algunos diseños podrían ser controvertidos, como las calaveras, aclaran que eso es parte de la cultura carcelaria. “No estamos romantizando la cárcel. Al contrario, estamos buscando otras maneras de expresión”, sostiene Garibaldi.

No es casualidad que sea un espartano el que decora aquel chaleco café. El equipo de fútbol americano del Reclusorio Sur de la CDMX, “Espartanos”, es una parte importante de la identidad de ese sitio. “No tiene que ver tanto el diseño, sino la perspectiva del interno”, comenta Garibaldi. El mejor ejemplo de esta frase se aprecia en un pantalón azul marino plagado de unas líneas grises que parecen evocar una telaraña, pero que en realidad son barrotes. “La perspectiva de quien lo hizo es que está acostado viendo hacia arriba a su casa. Éste es el paisaje desde la cárcel”, explica la diseñadora.

Para los fundadores de Cana77, su proyecto va más allá de una simple capacitación en dibujo, diseño, serigrafía o costura. “El objetivo es que las personas sepan que tienen la capacidad de crear”, sostiene Corona. Es una manera de “hacer oficio” y preparar, por el momento a siete personas confinadas en el Reclusorio Sur y de Santa Martha, para una vida fuera de la cárcel. “Hay una población privada de su libertad que es joven. Es una fuerza de trabajo grande y que está acotada por el crimen y el narco, y por muchas otras cosas macro que no podemos controlar. Desde lo micro, nosotros creemos que el trabajo saca lo mejor de ti”, defiende Garibaldi.

El proyecto sumará este 24 de octubre un paso más en su camino por ser una opción laboral para este grupo poblacional con su primer estudio abierto. El evento tendrá lugar en el centro comunitario La Moira en la alcaldía Miguel Hidalgo. Ese día, se podrán adquirir las prendas de Cana77, que oscilan entre los 200 y 900 pesos, y se agendarán citas para la confección de ropa personalizada. “Es como ir con la modista, nada más que nuestros modistas están en cana”, bromea la diseñadora. Para Corona y Garibaldi, la transformación y la reinserción de las personas privadas de su libertad se puede lograr a través del arte. “Joseph Beuys decía que todo hombre es un artista. No importa el lugar en el que está”, afirman.

Sobre la firma

Más información

Archivado En