Las mexicanas de natación artística logran una actuación histórica en los Juegos Olímpicos pese a la Conade

El equipo comandado por Nuria Diosdado se queda en el séptimo lugar de la final por equipos en París 2024

El equipo mexicano de natación artística durante su segunda rutina en los Juegos Olímpicos de París 2024.CHEN YICHEN (Pool via REUTERS)

Pasaron 28 años sin que hubiese representación mexicana por equipos en la natación artística, un deporte tan fino que exige excelencia en la misma excelencia. Las nueve mexicanas, comandadas por Nuria Diosdado, han dado un salto de calidad en París 2024 al terminar en el séptimo puesto de la gran final. Fueron las únicas representantes de América Latina y ahí reside el gran mérito, al clasificarse a la ronda final después de tres años de caos e incertidumbre ocasionada por Ana Guevara, la máxima comisionada del deporte.

El equipo mexicano estuvo conformado por Joana Jiménez, Pamela Toscano, Regina Alférez, Fernanda Arellano, Itzamary González, Jessica Sobrino, Samantha Rodríguez, Glenda Izunza y Nuria Diosdado. Esta última registra cuatro Juegos competidos y es una de las nadadoras mexicanas más laureadas de toda la historia con 37 medallas. El podio olímpico, sin embargo, se le ha resistido. El escuadrón femenino consiguió el boleto olímpico a París tras un estupendo proceso (2021-2024), algo que México no veía desde Atlanta 1996, cuando finalizaron octavas del mundo.

En París, las nadadoras deslumbraron desde el primer día. En la dura rutina técnica apostaron por una dificultad alta y bajo las canciones de Queen como We will rock you o Don’t Stop me now, melodías que les han acompañado en estos últimos tres años donde han conquistado medallas de oro en los campeonatos mundiales de Egipto y París. Esa calificación las llevó al octavo sitio. Un duro revés para las aspiraciones de las mexicanas. La revancha ocurrió este martes cuando su rutina libre fue la tercera mejor valorada por los jueces y les ayudó a remontar algunos puestos gracias a sus movimientos gráciles y a un traje en honor a las mariposas monarcas.

Este miércoles, ya en la rutina acrobática, las mexicanas querían cerrar con ganas. El Centro Acuático se cayó en aplausos y porras hacia las mexicanas que volvieron a dejar patentada su calidad sobre el agua con una puntuación total de 853.7932 puntos. México dejó atrás a Italia, Australia y a Egipto. El oro se lo quedó China, la plata Estados Unidos y el bronce España.

Todos los deportistas acuáticos de México compartieron el mismo malestar: se quedaron sin becas deportivas que, por ley, debe otorgar el Gobierno. Después de Tokio 2020, todo estalló en la Federación Mexicana de Natación cuando su presidente, Kiril Todorov, fue acusado por la Fiscalía de desviar más de 150 millones de pesos. Eso provocó que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) extinguiera a la federación, sin tomar en cuenta que el futuro de los nadadores y clavadistas quedaría en un limbo. El organismo internacional, la World Aquatics, intervino en favor de los deportistas para montar un comité estabilizador que fue presidido por la también presidenta del Comité Olímpico Mexicano, Mary José Alcalá. Eso no gustó a la comisionada Ana Guevara que ha insistido hasta el cansancio que el Gobierno mexicano no podía otorgar recursos a un ente privado, en este caso el comité estabilizador, debido a que se trataba de un ente privado y extranjero. Esa paralización administrativa pasó factura.

El equipo de México durante su rutina acrobática, este miércoles en París.Maye-E Wong (REUTERS)

Las competidoras de natación artística necesitaban viajar al extranjero para medir su talento, para mostrarse y ganar el boleto olímpico. Decidieron vender toallas y trajes de baño de alta calidad para solventar sus gastos. Algunas decidieron vender recipientes de cocina, otras más apuraron los apoyos de empresarios, como el de Carlos Slim, que financió los vuelos hacia Egipto, donde las mexicanas ganaron un oro inédito. También es cierto que Diosdado, Jiménez, Rodríguez, Toscano, Arellano, González, Alférez y Sobrino tenían un recurso extra al representar a las Fuerzas Armadas de México, un lugar que se ganaron por méritos propios y que no tiene nada que ver con la Conade.

Meses antes de los Juegos Olímpicos, las nadadoras mexicanas ganaron un amparo frente a la Conade para que un juez ordenara la devolución de sus becas deportivas. Ana Guevara, ya en París, aseguró que “exceptuando los acuáticos, hoy no tenemos ninguna nota, ninguna declaración de ‘me hizo falta gira, me hizo falta fogueo, no traigo equipo, no tengo equipo disciplinario’. No tenemos ninguna escena de eso”. Guevara calificó de “deudoras” a las mexicanas y que le daba igual si “vendían tupperware o calzones”.

Las mexicanas, que quisieron evitar la polémica con Guevara, han respondido con una gran actuación en la piscina del mundo, bajo la mirada de las mejores.

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