La Fiscalía apunta a la participación de más personas en el asesinato de los hermanos Tirado y su tío en la Roma
Las autoridades detienen a otro familiar de los actuales sospechosos, que ya han sido procesados y pasarán al menos seis meses en prisión preventiva
Era el ángulo ciego que faltaba por resolver en un caso lleno de enredos. La Fiscalía de Ciudad de México anunció este miércoles que en los asesinatos de los hermanos Tirado y su tío en una casona de la Roma, en el corazón de la capital, participaron más personas que las dos mujeres —madre e hija— y el joven identificados como Blanca, Sally y Azuher. Además, las autoridades han arrestado a otro hombre a un p...
Era el ángulo ciego que faltaba por resolver en un caso lleno de enredos. La Fiscalía de Ciudad de México anunció este miércoles que en los asesinatos de los hermanos Tirado y su tío en una casona de la Roma, en el corazón de la capital, participaron más personas que las dos mujeres —madre e hija— y el joven identificados como Blanca, Sally y Azuher. Además, las autoridades han arrestado a otro hombre a un par de cuadras de donde se produjo el crimen. Randy ‘N’ es también familiar de los actuales sospechosos, que ya fueron detenidos el domingo, han sido procesados y pasarán al menos los próximos seis meses en prisión preventiva. La Fiscalía cree que Randy participó en el asesinato que tenía como móvil arrebatar la propiedad de la casa a las víctimas, que eran los dueños.
Los tres hombres -Jorge Tirado, de 35 años, su hermano Andrés, de 27, y su tío, Luis González, de 73- fueron asesinados el viernes, aunque los cadáveres no fueron encontrados por la policía hasta el domingo. Los asesinos dejaron viva a la esposa de González y tía de los chicos, Margarita María Ochoa, de 72 años, la dueña de la casa tras una herencia. Pretendían extorsionarla para que firmara la entrega del inmueble, una casona porfiriana venida a menos donde, en la planta de abajo, vivían también los acusados. Los investigadores encontraron en la casa documentos personales del nuevo detenido y apuntan que “posiblemente pernoctaba también en el lugar de los hechos”.
La casa perteneció al hermano de Ochoa, que falleció en mayo por una enfermedad grave. Los detenidos vivían en la casa desde hacía más tiempo: una de ellos trabajaba como enfermera para el anciano, que hasta su muerte necesitó de cuidados constantes. Como parte del acuerdo al que había llegado con el hombre, ella, su hija y su yerno residían en la planta baja de la vivienda. Cuando Ochoa y González se mudaron al inmueble les permitieron quedarse por “solidaridad”, según fuentes de la Fiscalía, mientras realizaban los trámites legales para vender la residencia.
Pero los detenidos no quería que los dueños vendieran la casa, al contrario, llevaban tiempo planeando quedarse con ella. Primero lo intentaron por la vía legal: la enfermera argumentó que ella y el anciano ya fallecido habían sido pareja y por eso la vivienda le correspondía en herencia. No pudo acreditarlo y la ambición desató el triple crimen según la versión de las autoridades. La posibilidad de que los tres presuntos culpables no actuaran solos en los asesinatos era una de flancos abiertos en la investigación.
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