El asesinato de un alcalde en Morelos profundiza la deriva criminal de la región
La continua disputa electoral en Xoxocotla marca el ataque contra su presidente municipal, tras el atentado contra un juez federal la semana pasada y el escándalo por las fotos del gobernador con narcos
La violencia no da tregua en Morelos, que vive un inicio de año alarmante, entre ataques de grupos criminales y extrañas imágenes de sus gobernantes, siempre bajo sospecha por su presunta cercanía, elegida o impuesta, con delincuentes. La última víctima del aparato criminal ha sido Benjamín López Palacios, alcalde de Xoxocotla, municipio del arco occidental del Estado, colindante con Guerrero y Ciudad de México. La fiscalía local ha informado de que las autoridades encontraron a López en su casa, este martes por la tarde, malherido por las balas. Murió allí poco después.
Su asesinato pr...
La violencia no da tregua en Morelos, que vive un inicio de año alarmante, entre ataques de grupos criminales y extrañas imágenes de sus gobernantes, siempre bajo sospecha por su presunta cercanía, elegida o impuesta, con delincuentes. La última víctima del aparato criminal ha sido Benjamín López Palacios, alcalde de Xoxocotla, municipio del arco occidental del Estado, colindante con Guerrero y Ciudad de México. La fiscalía local ha informado de que las autoridades encontraron a López en su casa, este martes por la tarde, malherido por las balas. Murió allí poco después.
Su asesinato profundiza la deriva criminal del Estado, que en pocos días ha registrado un ataque a balazos contra un juez federal y ha visto como su gobernador, Cuauhtémoc Blanco, aparecía en unas fotos con tres líderes criminales regionales. La abulia de las explicaciones del mandatario ante las fotos reflejan la opacidad de la estructura político criminal en la región. En una entrevista con El Universal esta semana, Blanco decía que las imágenes no significaban nada. En cambio, señalaba que en Morelos funcionan nueve grupos criminales y apuntaba directamente a los líderes de dos, Los Colombianos y Los Mayas, presuntos apoyos locales de franquicias criminales mayores, como el Cartel Jalisco Nueva Generación.
La misma abulia de Blanco subyace en las explicaciones de las autoridades locales a asesinatos como el de Benjamín López, último eslabón de una cadena de desencuentros difícil de iluminar. ¿Se trata de una cuestión personal, política, criminal? ¿Una mezcla de dos o más variantes? Las mismas dudas aplican al caso del juez federal, atacado en una tienda en Jiutepec mientras estaba con su hijo. La ubicuidad y profundidad de las raíces del crimen en el Estado y en las sierras aledañas de Guerrero multiplican las posibilidades. La incapacidad o desidia de las autoridades para contener al crimen y perseguir a los criminales alejan cualquier solución.
El alcalde López apenas llevaba diez días en el cargo. Su elección había estado envuelta en polémica. Creado en 2017, Xoxocotla es uno de los tres municipios indígenas que cuenta Morelos. Los vecinos eligen a sus representantes con un sistema propio, conocido como “usos y costumbres”. Los cambios en las rutinas electorales eran la excusa de la disputa entre grupos políticos rivales. Unos defendían las últimas elecciones del sistema tradicional, de casillas y boletas, mantenida en junio pasado. Otros, una asamblea popular celebrada en el municipio en octubre, en la que había vencido Benjamín López.
No está claro cuándo o cómo inició la disputa, pero es posible que la muerte del líder del grupo contrario, que había salido victorioso en las elecciones tradicionales, haya tenido que ver. Se trata de Juan López Palacios, hermano del alcalde asesinado. Fallecido el 12 de junio de covid según reportaron medios locales, Juan López Palacios había ganado las elecciones del 6 de junio. Se convertía así en presidente municipal de Xoxocotla, uno de los primeros tras su nacimiento en 2017, después de separarse del municipio de Puente de Ixtla.
Con la muerte del alcalde electo, su suplente, Martín Flores, aspiraba a sucederle y cumplir su mandato, pero el grupo de Benjamín López Palacios exigió nuevas elecciones, que se celebrarían bajo el sistema nuevo, una asamblea mantenida finalmente en el municipio a principios de octubre y en la que venció Benjamín. Flores y su grupo no aceptaron los resultados de la asamblea y los impugnaron. La disputa llegaba así a los tribunales.
En diciembre finalmente, después de agotar varias instancias, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio la razón al ingeniero agrónomo Benjamín López Palacios. El 1 de enero tomó posesión. En una entrevista publicada en su página de Facebook hace unos días, apuntaba que su principal preocupación era la falta de suministro de agua en el pueblo. “Ya tenemos casi dos años sin agua”, decía, “se agravó más en los últimos seis meses, tenemos que arreglar el problema y tendremos que tomar decisiones para ver cómo resolvemos”, añadió.
Con su asesinato, el futuro del nuevo municipio queda en el aire, más después de la polémica que envolvió a la administración que precedió a los dos hermanos, encabezada por Leonel Zeferino Díaz. Durante años, vecinos de Xoxocotla denunciaron malversación del equipo de Díaz e incluso un grupo trató de obligarlos a dimitir a principios del año pasado.
Sea como sea, el conflicto entre facciones políticas es solo una posibilidad, solapada por otras tantas. Este mismo miércoles, el que fue municipio matriz de Xoxocotla, Puente de Ixtla, amaneció con varios carteles vinculando el asesinato con el gobernador, Cuauhtémoc Blanco. “Ahí va el primero Cuauhtémoc Blanco, a mí no me mandes a hablar con pendejos, sigue mandando y te vas a quedar sin alcaldes”, leía el mensaje. Las líneas siguientes referían la reunión del mandatario con los líderes criminales de la región, mantenida al parecer a finales de 2018, cuya foto se divulgó la semana pasada.
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