Lozoya gana tiempo en los casos Odebrecht y Altos Hornos
El juez concede una nueva prórroga para seguir investigando los sobornos de la constructora brasileña y la compra de una planta de fertilizantes a sobreprecio por parte de Pemex
Nueva prórroga, y van siete, en el caso de Emilio Lozoya. El juez ha decidido conceder más tiempo al exdirector de Pemex, en prisión preventiva desde el mes pasado, en las dos causas que tiene abiertas. Por un lado, la compra de una planta de fertilizantes a sobreprecio por parte de la petrolera estatal en enero de 2014 a la siderúrgica Altos Hornos, conocido como el ...
Nueva prórroga, y van siete, en el caso de Emilio Lozoya. El juez ha decidido conceder más tiempo al exdirector de Pemex, en prisión preventiva desde el mes pasado, en las dos causas que tiene abiertas. Por un lado, la compra de una planta de fertilizantes a sobreprecio por parte de la petrolera estatal en enero de 2014 a la siderúrgica Altos Hornos, conocido como el caso Agronitrogenados. Por otro, los sobornos millonarios de Odebrecht repartidos entre la campaña electoral del PRI en 2012 y los pagos a legisladores de la oposición para aprobar la reforma energética del año siguiente.
La defensa había solicitado dos meses extra aduciendo que la Fiscalía había agregado nuevas pruebas al expediente y que además faltaban documentos por entregar por parte de Pemex. La audiencia de este miércoles ha sido la primera después del encarcelamiento Lozoya a principios de noviembre. Durante más un año y medio el exdirector de Pemex había evitado la cárcel gracias a un principio de acuerdo con la Fiscalía, que lo había convertido de facto en un testigo colaborador protegido.
El acuerdo saltó por los aires en la última audiencia tras un súbito cambio de estrategia por parte de la Fiscalía, que pasó al ataque al considerar poco menos que el acusado les ha estado mareando todo este tiempo para dilatar lo más posible su entrada a la cárcel. Imputado por lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa en el marco de los dos procesos, la baza de la defensa era proporcionar pruebas sobre los superiores de Lozoya para exculparlo.
La falta de pruebas sólidas para amarrar una acusación contra el expresidente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray, junto con al clamor por la impunidad que destilaban las fotos de un político imputado por delitos graves de corrupción cenando en un restaurante de lujo, desembocó en el giro de la FGR. Los dos procesos, Odebrecht y Agrotigernados, discurren en paralelo y ante el mismo juez, Artemio Zúñiga Mendoza, que este miércoles concedió la séptima prórroga.
En agosto del año pasado, Lozoya lanzó una tormenta de acusaciones, que incluyen a tres expresidentes, dos candidatos presidenciales y 11 legisladores. Las más detalladas se concretaron en el Peña Nieto y su mano derecha, el exsecretario de Estado Luis Videgaray, acusados de orquestar y planificar una red de sobornos de al menos 10 millones de dólares repartidos por parte de la constructora brasileña y otros 3,4 millones por parte de Altos Hornos. Tras múltiples prórrogas y dilaciones en la fase de investigación sin apenas resultados, el juez decidió endurecer las condiciones al no lograr la defensa amarrar un acuerdo con la fiscalía.
El llamado criterio de oportunidad, la figura a la que trata de acogerse Lozoya para salvarse acusando a los de más arriba, parece cada vez más lejos. Aunque todavía hay algo de margen. El juez, quien en última instancia tiene la potestad de decidir si concede o no la prerrogativa, tiene de plazo hasta la apertura del juicio oral. De momento, ha vuelto a dar más tiempo para seguir investigando y una vez cerrada esa fase aún quedará todavía otra etapa intermedia para fijar las pruebas antes de la apertura del juicio.
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