Al menos dos muertos y 10 desaparecidos en Tlalnepantla tras un derrumbe en el cerro Chiquihuite
María Martínez Rodríguez, de 21 años, es la primera fallecida que se ha identificado. Seis adultos y cuatro menores de edad se encuentran en paradero desconocido
Al menos dos personas han muerto y otras 10, seis adultos y cuatro menores de edad, se encuentran desaparecidas en Tlalnepantla, en el Estado de México, tras un derrumbe en el cerro del Chiquihuite, según han confirmado fuentes de Protección Civil de la localidad a este diario. La primera fallecida en ser identificada ha sido Maria Martínez Rodríguez, de 21 años, de acuerdo con fuentes del equipo de salvamento de Sedena. El alud ha sepultado tres viviendas en la calle Club Exploradores de Chimalhuacán, en la Colonia Lázaro Cárdenas segunda sección, sobre la una y media de la tarde de este vier...
Al menos dos personas han muerto y otras 10, seis adultos y cuatro menores de edad, se encuentran desaparecidas en Tlalnepantla, en el Estado de México, tras un derrumbe en el cerro del Chiquihuite, según han confirmado fuentes de Protección Civil de la localidad a este diario. La primera fallecida en ser identificada ha sido Maria Martínez Rodríguez, de 21 años, de acuerdo con fuentes del equipo de salvamento de Sedena. El alud ha sepultado tres viviendas en la calle Club Exploradores de Chimalhuacán, en la Colonia Lázaro Cárdenas segunda sección, sobre la una y media de la tarde de este viernes. Otras dos personas han sido rescatadas y están siendo atendidas por paramédicos, ya que presentaban lesiones.
Sobre el terreno trabajan elementos de la Guardia Nacional, Protección Civil, bomberos, la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco (Topos) y vecinos voluntarios, que colaboran para quitar los escombros y evitar que se hagan aglomeraciones. Alfredo del Mazo, el gobernador del Estado de México, ha anunciado en Twitter que los cuerpos de emergencia se encuentran trabajando en la zona “en coordinación con autoridades federales y municipales”. En el lugar ya opera una retroexcavadora y dos camiones de volteo como apoyo en las labores de auxilio. El Gobierno del municipio ha urgido a la población evitar la zona para no dificultar la tarea de los equipos de rescate.
Fernando Álvarez, rescatista en Topos, explica que en este momento los equipos de salvamento están evaluando la mejor manera para acceder: “Las rocas pesan varias toneladas y llegaron a tres edificios, se está viendo como se pueden retirar sin causar mayor problema, no se sabe si se van a intentar mover o se va a proceder a demolerlas. Los desaparecidos pueden aumentar, aún es pronto para dar datos precisos”.
Cuando cayeron las piedras del cerro, Hugo Zamora, de 20 años, estaba cocinando: “Se sintió una vibración muy fea, más que el otro día con el temblor. Yo creo que ha sido una cosa del terremoto, además ha estado lloviendo mucho últimamente”. Zamora salió corriendo con su hermano pequeño hacia el lugar del deslave. Aún no habían llegado las autoridades. Solo había vecinos junto a los escombros. Todos estaban hablando a la vez y no se escuchaba nada dentro de las casas afectadas.
Desde el tejado de la casa de Zamora se ven agentes de alguna corporación de seguridad vestidos con monos blancos que trabajan entre los escombros. La vivienda del joven se encuentra a 100 o 200 metros en línea recta del lugar del derrumbamiento, en una falda del cerro que hasta hace unos años no tenía demasiadas casas, pero ahora está totalmente construida, con edificaciones que ladrillo a ladrillo le han ido ganando metros al monte. Algunas calles son tan pronunciadas que solo tienen escalones.
Otro vecino, que prefiere no identificarse y que vive junto a Zamora cuenta que el estruendo fue enorme: “Yo antes vivía justo ahí. Estoy preocupado por Narciso, mi ahijado, debía estar en casa cuando fue el deslave”. Hace unos dos años, cuando aún habitaba en su anterior residencia, su casa sufrió un incendio que Protección Civil acudió a extinguir. “En ese momento les avisamos de que por allá corría mucho el agua, y ahora aunado al temblor imagínese. Además, las piedras cayeron desde muy alto”.
La regidora Alina Luna comenta que la coloniza Lázaro Cárdenas, lugar donde han ocurrido los hechos, es una de las más grandes de América Latina. Explica que, en esta parte del vecindario, las casas más cercanas al cerro llevan construidas unos 15 años: “La gente llega, se asientan, van empujando unos metros, luego otros metros más. Al principio son puras láminas, ni siquiera son casas, y luego ya las van construyendo. La situación es complicada porque el municipio tiene que decidir que parte de las casas tenemos que desalojar, justamente ahora están reunidos los tres órdenes de Gobierno, pero yo diría que habría que desalojar a las personas que estén más cerca de la parte verde del monte”.
Luna considera que el terreno está muy blando. Mientras lo dice, señala las huellas de tres pequeños deslaves todavía visibles en la ladera del cerro. A veces, en temporada de lluvias, cae alguna piedra y llega hasta la calle, “pero nunca con la magnitud de lo de hoy”, narra. Desde las escaleras en la que integrantes de diferentes cuerpos de rescate y seguridad tratan de coordinarse se ven decenas de vecinos en casas muy cercanas al lugar del alud, asomados a sus ventanas, sin perder detalle de las tareas que realizan los equipos de salvamento.
El municipio ha habilitado por el momento tres albergues temporales para las familias afectadas: en el Comedor Comunitario el Puerto, en la avenida de mismo nombre, en el Deportivo Caracoles, en la calle Uruapan 3, en la Colonia de la Constitución de 1917 y en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, calle Club Excursionistas Tzinantécatl, colonia Lázaro Cárdenas Primera Sección.
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