Adán Augusto López, el notario fiel de López Obrador
Veterano expriista e hijo de un aliado clave en los inicios de la carrera local del presidente, el nuevo secretario de Gobernación lleva dos décadas acompañando los pasos del presidente
El recién designado secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández (57 años), no solo lleva casi dos décadas acompañando los pasos políticos de Andrés Manuel López Obrador. Su cercanía se remite a los remotos años 80 en Tabasco, tierra natal de ambos, cuando el padre del nuevo secretario, un ilustre notario local, se convirtió en uno de los aliados clave de un joven López Obrador durante su ruptura con el PRI. Notario como su padre, López Hernández militó más de dos ...
El recién designado secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández (57 años), no solo lleva casi dos décadas acompañando los pasos políticos de Andrés Manuel López Obrador. Su cercanía se remite a los remotos años 80 en Tabasco, tierra natal de ambos, cuando el padre del nuevo secretario, un ilustre notario local, se convirtió en uno de los aliados clave de un joven López Obrador durante su ruptura con el PRI. Notario como su padre, López Hernández militó más de dos décadas en el partido hegemónico antes pasarse definitivamente al barco del obradorismo. Durante el anuncio oficial de su nuevo puesto, el hasta ahora gobernador de Tabasco fue definido por el mandatario como un “paisano, amigo y compañero entrañable”, un compendio de los ingredientes que más valora el presidente mexicano.
Antes de Morena, antes incluso del PRD, el notario Payambé López Falconi , fallecido el año pasado entre loas de todo el espectro de la izquierda mexicana, estuvo al lado de López Obrador en la construcción de una alternativa al PRI. Desde su apoyo en la campaña a mediados de los 80 con López Obrador como candidato a gobernador de Tabasco por el Frente Democrático Nacional, hasta la firma como único notario de las actas de constitución del PRD local, también con López Obrador como presidente, y entre fuertes presiones del duro PRI de entonces.
“Le tenía mucha confianza al papá. Tanto que aún en el PRD, López Obrador le ofreció a las hijas de Payambé entrar en política”, cuenta Juan Manuel Fócil, senador del PRD por Tabasco y expresidente local del partido. Así empezó la carrera de una de las hermanas del actual secretario, Rosalinda López, primero como diputada y, hoy ya dentro también de Morena, número dos del fisco mexicano, el Servicio de Administración tributaria (SAT).
El rumbo del hermano mayor tardó más en cruzarse con el hoy presidente. Militante desde muy joven del PRI, en el 2000 fue el coordinador de la campaña del penúltimo gobernador priista el Estado. Frustradas sus ambiciones de pelear él mismo por la gobernatura, abandonó el partido tres años después. “Ya en el PRD, tanto él como su hermana empiezan a ganar influencia en la capital, donde Adán Augusto llegó a ser candidato a alcalde y luego diputado”, añade Fócil.
El segundo y duro asalto presidencial de López Obrador fue la forja del vínculo. En 2006, López Hernández dejó el parlamento para dirigir la campaña del todavía candidato del PRD en los Estados del sur. Arrastrando aún la polémica por el desafuero presidencial iniciado por Vicente Fox y en medio de duros ataques de su nuevo contrincante panista, López Obrador, perdió la elección por un dedo ante Felipe Calderón, provocando largas protestas de los simpatizantes del candidato de izquierda, que mantuvo durante meses que se trató de unas elecciones fraudulentas.
Durante todo ese proceso, López Hernández también estuvo allí. Hasta abandonar el 2013 su escaño como senador para unirse a Morena, logrando la gobernatura de Tabasco en 2019. Su mandato ha contado siempre con el respaldo explícito del presidente, que llevaba ya algunos meses deslizando la posibilidad de incorporarle al gabinete. En junio se refirió a él como “un cuadro, un profesional, un buen gobernante, una buena persona, un hombre íntegro, una gente honesta”.
De carácter sobrio y reservado, su recorrido como gobernador ha estado salpicado de decisiones polémicas criticadas tanto por la sociedad civil como por los tribunales. En marzo de este año, la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la llamada Ley Garrote de Tabasco. Aprobada en 2019, recién llegado López al poder, establecía castigar con penas de cárcel a quien obstaculizara obras públicas o privadas. También provocó una fuerte contestación, la modificación aprobada por la mayoría morenista en el congreso estatal, de la ley de contrataciones para aumentar el peso de las adjudicaciones directas en los proyectos de obra pública.
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