Rommel Pacheco, un salto al carisma
El clavadista mexicano acudirá a sus cuartos Juegos Olímpicos en busca de su primera medalla. Cuando termine asumirá como diputado federal por el PAN
Cuando Rommel Pacheco mira al retrovisor ve al niño talento que brotó en Yucatán. Con once años dejó su casa para mudarse a las instalaciones del Centro Deportivo Olímpico Mexicano. Quería ser un clavadista de época. Hoy, a los 34 años, lo es. Ha sido campeón del mundo y uno de los deportistas más influyentes de su país. Ha buscado en más de dos décadas ganar una medalla olímpica. Tokio es el final del camino. Pero Pacheco tiene trazado el plan tras la ju...
Cuando Rommel Pacheco mira al retrovisor ve al niño talento que brotó en Yucatán. Con once años dejó su casa para mudarse a las instalaciones del Centro Deportivo Olímpico Mexicano. Quería ser un clavadista de época. Hoy, a los 34 años, lo es. Ha sido campeón del mundo y uno de los deportistas más influyentes de su país. Ha buscado en más de dos décadas ganar una medalla olímpica. Tokio es el final del camino. Pero Pacheco tiene trazado el plan tras la jubilación: meterse al ruedo político como diputado federal. El niño de la sonrisa fácil quiere saltar por última vez.
México ha brillado en los Juegos Olímpicos desde el trampolín. Los clavados le han dado 14 medallas olímpicas a la delegación. El saltamontes Pacheco se enganchó, quería ser uno de los laureados clavadistas. “Su mamá nos lo encargó. Era de los más pequeños. Entró como deportista distinguido y todo el mundo lo estimaba. Vi cómo empezó a entrenar”, cuenta a EL PAÍS Felipe Tibio Muñoz, medallista mexicano en natación en México 68. “Cuando cubría el deporte ligado a olímpicos, a finales de los 90, me hablaban del sucesor del clavadista del momento y me decían que el chavito Rommel era el nuevo Fernando Platas”, rememora Antonio Rosique periodista y conductor de TV Azteca. Platas ganó una presea en Sídney 2000.
El yucateco renunció a ser un adolescente normal para dedicarse, a tiempo completo, a ser deportista. El entorno de Pacheco le impulsó a que estudiara, que le serviría. Y así se graduó en Administración, algo útil. Los éxitos empezaron a caerle a Rommel Pacheco. Su primer hito internacional fue el oro en los Juegos Panamericanos de 2003. Con 19 años asistió a sus primeros Olímpicos en Atenas 2004 y terminó en el décimo lugar. Pacheco ha ganado tres oros y dos platas panamericanas, pero las preseas se le han resistido en los Juegos. En Beijing 2008 finalizó octavo, en 2012 no se clasificó y en 2016, en Río, terminó séptimo en la prueba individual y quinto en sincronizados.
El momento cumbre de Pacheco fue en 2016, en el campeonato del mundo de clavados. Pacheco dio su mejor exhibición y ganó el oro. Una multa de la Federación Internacional de Natación a México impidió que su mejor clavadista y en su mejor momento pudiese portar los colores nacionales. El mexicano cantó el himno a capela y con una playera del personaje Popeye el marino. La sonrisa nadie se la podía quitar, ni siquiera el bochorno que le hizo pasar la autoridad de la natación de su país. También conquistó el segundo lugar en salto sincronizado mixto junto a Viviana del Ángel.
“Rommel tiene todas las cualidades como la velocidad, elasticidad. Es un clavadista que a los jueces les gusta calificar por su técnica. Ahora es un atleta con experiencia que sabe competir. Puede ser un tema importante mantener la calma en Tokio.”, considera Fernando Platas, el histórico clavadista mexicano. “Admiro el trabajo de Rommel, en el equipo lo vemos con demasiado respeto”, opina Juan Celaya, quien también asistirá a los Juegos Olímpicos de este año.
“Los clavadistas son muy extrovertidos. Le entran a todo, tienen un don de gente”, opina el Tibio Muñoz. Pacheco, cuando los entrenamientos se lo permitían, se ha escapado para participar en reality shows. Uno de ellos ha sido el Exatlón, un fenómeno televisivo creado en Turquía que llegó a México en 2017. En el programa dos equipos de deportistas compiten físicamente en distintas disciplinas. Pacheco formó parte de la primera temporada. “Un día me pasó un papelito con cosas que él quería que yo comentara mientras él competía. Me escribió que su sueño era ser gobernador de Yucatán. No todos los deportistas hicieron lo mismo. A veces les tengo que preguntar a los participantes cuáles son sus sueños, sus metas. Narro miles de carreras y Rommel tuvo la visión. Tiene un gran sentido de la mercadotecnia”, explica Rosique, conductor de Exatlón.
El carisma ha sido clave para Pacheco. Eso le ha valido para tener miles de seguidores en todas sus redes sociales, ser imán para los anuncios publicitarios y para la televisión. “Lo veo como un tremendo negociador. En el Exatlón es muy difícil que te salgas. O te eliminan o haces todo porque te eliminen o te vas por lesión. Es el tipo que ha logrado una negociación para salir: tuvo la diplomacia para que se fuera como un héroe para competir por México en los Juegos Centroamericanos”, agrega Antonio Rosique.
Pacheco dio otro giro en su carrera al postularse como candidato a diputado federal por el partido conservador PAN. Y los resultados le proclamaron ganador a un lugar en el Congreso, en una jugada maestra porque, tras competir en Japón, pondrá fin a su carrera deportiva y eso ya no supondrá ningún conflicto de interés con las autoridades del deporte mexicano. Si lo hubiese hecho más joven perdería sus becas deportivas.
El salto a la política de los deportistas mexicanos se ha visto con cierto recelo. El caso más sonado ha sido el de Cuauhtémoc Blanco, ídolo del fútbol, que ha logrado ser alcalde Cuernavaca y hoy gobernador del Estado de Morelos sin terminar sus estudios de secundaria. “Hay deportistas que ya no logran becas o recursos y deciden retirarse. Algunos se quedan sin trabajo y no tienen experiencia laboral salvo en su disciplina deportiva. Algunos trasladan su carrera deportiva a un cargo político. En el caso de Rommel su interés por ayudar a su comunidad es legítimo”, considera Rosique.
“Los atletas como ciudadanos también tenemos el derecho de participar. Pacheco tiene la calidad moral y la capacidad. Lo hizo en un tiempo muy planeado y sirve para promover su ejemplo”, considera Platas, quien ha sido funcionario público en el Estado de México al frente del despacho de cultura física y deporte. “Se necesita gente joven como él en la política”, agrega el Tibio Muñoz.
Pacheco será el abanderado mexicano para Tokio 2020, un premio a su trayectoria. “Lo que el deporte da a veces no lo da ni la política, el presidente [Andrés Manuel López Obrador] estará entregando la bandera a un diputado electo del PAN, hoy que el diálogo es escaso, el deporte une en la diversidad”, escribió en un tuit Bernardo de la Garza, excomisionado del deporte mexicano.
Rommel Pacheco tendrá su última prueba en la piscina de Tokio. “Necesitará la frialdad. Puede echar en mano de todas sus experiencias, del colmillo y de sus errores para no volver a cometerlos. No hay que hacer una competencia perfecta, sino una constante. Tantos años y no ha perdido la actitud positiva, ni el hambre”, considera Platas. Desde el trampolín de los tres metros, Pacheco quiere cerrar su ciclo con la medalla que ha tardado 20 años en colgarse.
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