La pandemia pisa el acelerador de la banca digital en México
La tercera edición del Foro No Money reúne a empresas y sociedad civil para debatir el impacto de la crisis del coronavirus en las transacciones financieras
El fin del dinero en efectivo está mucho más cerca hoy que hace un año. La pandemia del coronavirus tiene parte de responsabilidad; el tradicional miedo a las aplicaciones móviles bancarias ha pasado a un segundo plano ante el temor a contagiarse en una sucursal. En este nuevo marco, bancos e instituciones públicas en México se enfrentan al desafío de expandir el acceso a internet y de facilitar todavía más el pago digital sin por ello comprometer la seguridad. Cómo hacerlo ha sido precisamente...
El fin del dinero en efectivo está mucho más cerca hoy que hace un año. La pandemia del coronavirus tiene parte de responsabilidad; el tradicional miedo a las aplicaciones móviles bancarias ha pasado a un segundo plano ante el temor a contagiarse en una sucursal. En este nuevo marco, bancos e instituciones públicas en México se enfrentan al desafío de expandir el acceso a internet y de facilitar todavía más el pago digital sin por ello comprometer la seguridad. Cómo hacerlo ha sido precisamente el tema debatido en la tercera edición del Foro No Money, organizado este jueves en Ciudad de México por el diario EL PAÍS y el BBVA y que ha reunido a representantes del sector y de la academia.
La sana distancia ha vuelto más atractivo lo digital. El retiro de dinero en cajero cayó un 21% entre abril y agosto, los meses de mayor contagio, respecto al mismo periodo de 2019, según datos del sector. En la contracara, las transferencias digitales interbancarias han subido un 62% entre junio y agosto. En el caso de BBVA el impacto de la pandemia se ha visto en el peso relativo de los canales utilizados por los usuarios. En septiembre, las transacciones financieras hechas a través de móvil o de la página web representaron un 43% del total, comparado con el 31% un año antes, y la ventanilla bajó del 13% en 2019 al 8% este septiembre.“La pandemia hizo que mucha gente perdiera el miedo a la banca digital por necesidad y creo que no hay vuelta atrás”, ha afirmado Carlos Serrano, economista jefe de BBVA.
El auge del e-commerce explica parte de este cambio, según Lorenza Martínez, responsable de pagos y finanzas de Accenture en México. “Solo en los últimos cuatro meses creció un 8% y en términos anuales, un 22%. Sí vimos esta reconversión hacia el comercio electrónico”, ha afirmado, tras señalar que los pagos digitales en México siguen por detrás de otros países emergentes como Brasil o India. Valeria Moy, directora del centro de investigación IMCO, ha asegurado que la transición es inevitable incluso en un país como México al que le “gusta moverse en efectivo”. “Son cambios que se iban a dar, pero que la pandemia hizo que se dieran más rápido”, ha apuntado.
El confinamiento ha obligado a los negocios a reinventarse. La fonda de barrio, por ejemplo, ha tenido que empezar a ofrecer servicios de comida a domicilio para seguir a flote. “Todas las empresas tienen que tener una solución digital. La pandemia ha sido el mayor acelerador de esta transición”, ha afirmado Martínez. La crisis sanitaria también ha forzado a los bancos, cuya rentabilidad derivada de los créditos ha caído un 29% entre febrero y septiembre, a facilitar la experiencia del usuario y a abrir nuevos canales. Desde su lanzamiento en junio, la aplicación de BBVA empresas, que permite el pago a proveedores, ya ha sido descargada por casi 100.000 clientes comerciales, el 20% de los que tiene el banco en cartera.
La reconversión, acelerada por la pandemia, plantea desafíos en el combate al fraude. Aunque las transacciones físicas presentan más riesgos que las digitales, subsiste un problema de desconfianza del usuario. Un buen sistema de autentificación es fundamental, según Francisco Leyva, director general de ingeniería de BBVA. “Estamos teniendo conversaciones con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para autentificar al usuario a través de biometría facial” ha apuntado, antes de anticipar las posibles reticencias del cliente. “Siente que están entregando sus datos. Hay que generar una cierta conciencia para que el usuario se sienta cómodo”.
Mejorar la seguridad no basta. La pandemia y el auge de los pagos electrónicos también amenaza con acentuar la brecha digital en un país donde la presencia de infraestructura de banda ancha es la mitad que la media de la OCDE y la economía informal da empleo a cinco de cada diez trabajadores. “El cambio al pago digital está empañado por la tremenda recesión económica”, señala Germán Rojas, economista del ITAM. “La pandemia nos ha obligado a los que tenemos acceso a utilizarlo más, pero en nuestro país donde hay grandes carencias de acceso a internet puede polarizar todavía más la insuficiencia financiera de 40, 50 millones de mexicanos”.
Para destapar el potencial de las transacciones por internet, Carlos Serrano, economista jefe del BBVA, opina que “el Gobierno tiene que invertir en infraestructura y en educación digital”, además de facilitar la regularización de los comercios informales. Valeria Moy añade otra tarea, en este caso para los bancos: simplificar los canales de pago online lo más posible. “Todas las aplicaciones tienen que ser lo suficiente sencillas para que sea más fácil pagar con eso en lugar de billetes y monedas”.