El desalojo de una protesta feminista dispara las críticas contra la Fiscalía del Estado de México
La policía ministerial se enfrenta a un grupo de mujeres que había tomado la comisión de derechos humanos local para protestar contra los feminicidios
Entre empujones y amenazas, agentes de la fiscalía del Estado de México han desalojado este viernes a un grupo de personas que había tomado una instalación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CODHEM), en el municipio de Ecatepec. Los agentes detuvieron al menos a 13 personas, la mayoría mujeres pero también niños y algún hombre. El grupo había tomado el edificio de la CODHEM para presionar a las autoridades en la investigación de casos de mujeres víctimas de delitos en la región. Colectivos feministas de todo el país han criticado la violencia utilizada y expresado su apoyo. Durante...
Entre empujones y amenazas, agentes de la fiscalía del Estado de México han desalojado este viernes a un grupo de personas que había tomado una instalación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CODHEM), en el municipio de Ecatepec. Los agentes detuvieron al menos a 13 personas, la mayoría mujeres pero también niños y algún hombre. El grupo había tomado el edificio de la CODHEM para presionar a las autoridades en la investigación de casos de mujeres víctimas de delitos en la región. Colectivos feministas de todo el país han criticado la violencia utilizada y expresado su apoyo. Durante la tarde del viernes y después de que las detenidas fueran puestas en libertad, un grupo de mujeres ha incendiado las instalaciones de la CODHEM como respuesta a la brutalidad policial vivida la noche anterior.
Los hechos de la CODHEM ocurren cuando colectivos feministas de todo el país arrecian en sus críticas a la violencia que sufren las mujeres en México. La paradoja es que este tipo de protestas, tengan forma de marcha o de ocupación de edificios públicos, suele acabar con el desalojo violento de las manifestantes. Lo sucedido en Ecatepec reaviva la polémica sobre la forma de terminar con las protestas feministas en México. La semana pasada, una marcha contra la violencia policial en Ciudad Juárez, Chihuahua, acabó con 28 mujeres detenidas, algunas menores de edad. La policía disolvió la marcha violentamente. En agosto, una manifestación contra el acoso sexual en León, Guanajuato, acabó con una veintena de detenidas y acusaciones de acoso sexual contra los policías aprehensores. El alcalde de León acabó pidiendo perdón.
Lejos de ocurrir en el vacío, estas muestras de enfado suceden en un país que el año pasado contó más de 3.000 asesinatos de mujeres, frente a un Gobierno que a veces no parece entender la gravedad de la situación y el carácter sistémico de la crisis. Sin mostrarse frontalmente crítico, el presidente Andrés Manuel López Obrador suele referirse a las marchas feministas y tomas de edificios de pasada. Cuando lamenta las agresiones contra mujeres, critica igualmente las pintadas en las fachadas durante las marchas.
La toma de la CODHEM de este viernes refleja la ocupación de la sede central de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Ciudad de México la semana pasada. El jueves, un grupo de familiares de desaparecidos y un colectivo feminista tomaron la instalación, en el centro histórico, exigiendo apoyo para la búsqueda de los desaparecidos. Las familias llegaron a un acuerdo con las autoridades esta semana, pero el colectivo feminista Ni Una Más mantiene el control del inmueble, mientras dialoga con la Secretaría de Gobernación.
Las exigencias de Ni Una Más trascienden a las que tenían los familiares de desaparecidos. Para el colectivo -o colectiva, como se hacen llamar- la cuestión es de fondo y tiene que ver con la violencia que sufren las mujeres en México. De hecho, planean convertir la sede de la CNDH en un refugio para mujeres maltratadas. En otros estados como Veracruz, Puebla, Michoacán, Aguascalientes o Tabasco, colectivos feministas han acudido a las instalaciones de las comisiones locales de derechos humanos en solidaridad con Ni Una Más. En el caso de Michoacán, las feministas clausuraron simbólicamente el inmueble con cinta policial. En ninguno de los casos, las tomas simbólicas de edificios de estas dos semanas han acabado a empujones y golpes por parte de agentes locales, como ha ocurrido este viernes en el Estado de México
Magda Soberales, una de las mujeres detenidas durante la madrugada en Ecatepec, ha relatado a medios locales maltratos varios por parte de agentes de la fiscalía, durante el desalojo y la detención. Soberales ha sido liberada bien entrada la mañana. “Nuestro miedo más que nada era que nos desaparecieran en cualquier momento porque las autoridades del Estado de México esa es su forma de accionar. No llegaron al diálogo, llegaron a levantarnos”, ha criticado.
Las mujeres pudieron grabar buena parte del desalojo. Las imágenes prueban la violencia de los agentes, también con periodistas que se habían acercado al lugar. “[Los policías] rompieron los cristales del coche de una reportera cuando ya se marchaba. Fue un grado de violencia no solo física, sino también verbal. A una compañera la agarraron por su gafete de prensa que llevaba en el cuello y le dijeron que (no les importaba que fuera prensa, que la iban a matar”, explica Andrea Murcia, fotógrafa que cubría los hechos la madrugada de este viernes. Durante horas, periodistas e integrantes del grupo que había tomado la instalación denunciaron la desaparición de algunas de sus compañeras, pero ya en la mañana se supo que estaban detenidas en el Centro de Justicia de Atizapán de Zaragoza, no muy lejos de Ecatepec.
Subidas a la fuerza en camionetas sin rotular, las mujeres transmitieron en todo momento a través de redes sociales su detención. No se les comunicó a dónde se las llevaban. Muchas de ellas pensaban que las estaban secuestrando. Mientras era trasladada, Nidia, una de las detenidas, escribió desesperada en sus redes sociales: “Si no llego, responsabilizo a la Fiscalía del Estado de México, venimos siete mujeres y dos niños en vehículo no oficial”. Ecatepec es uno de los lugares con la tasa de feminicidios más alta en todo México.
Los detenidos fueron trasladados al Centro de Justicia de Atizapán de Zaragoza. Un grupo de manifestantes y familiares se congregaron afuera de las instalaciones para pedir información sobre su estado. Pero la respuesta de los agentes, según testimonios de las manifestantes, fueron lanzamientos de gas lacrimógeno, varas de acero y bancas que arrancaron de la calle y lanzaron contra ellas.
En un comunicado divulgado esta mañana, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGEJEM) ha informado de que las personas detenidas están acusadas de la probable participación en el delito de ocupación ilegal de un inmueble destinado al servicio público y niega que se haya hecho un uso desmedido de la fuerza, pese a los enfrentamientos que han sido grabados y difundidos fuera del Centro de Justicia de Atizap
La CODHEM ha explicado en un comunicado que integrantes del colectivo Manada Periferia entraron en sus instalaciones en Ecatepec, en solidaridad con la toma de la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Ciudad de México. La comisión no ha detallado su papel en el desalojo. Según la Fiscalía, sus agentes acudieron a desalojar el lugar por la petición expresa de la CODHEM.
El gobernador Alfredo del Mazo se ha deslindado de la actuación de la propia fiscalía. En un mensaje en Twitter, Del Mazo ha dicho: “El Gobierno del Estado de México reprueba las acciones llevadas a cabo por la fiscalia en contra de las mujeres que se manifestaron en la CODHEM”.