El primer disco español que superó el millón
Entre el cielo y el suelo fue el álbum de madurez de José María Cano. Ana y José María habían cumplido 27 años y Nacho, 23. Mecano había crecido y gran parte de su público también había madurado. Hasta aquel momento, las canciones de Nacho habían prevalecido por su ritmo bailable y su tono festivo, y en esta línea se apostó como primer single por Ay, qué pesado. Pero los nuevos temas de José María darían al grupo un alcance inesperado. Cruz de navajas, Me cuesta tanto olvidarte e Hijo de la luna son clásicos.
Los hermanos Cano tomaron el control definitivo de la producción. En los seis temas que Nacho imperaba el sintetizador Fairlight, hasta el punto que este fue el nombre que dio a su estudio recién estrenado. Se dijo que Ana cantaba al frente de dos bandas de dos estilos cada vez más marcados. Cada hermano produjo sus propias canciones, con su equipo de ingenieros de sonido y de mezclas y de músicos distintos en estudios y momentos diferentes. Ana hermanó el conjunto de la producción.
“Estábamos hechos ya a las dos situaciones. A estar en lo más alto y a caer en picado, como parecía o al menos se presumía”