Chile sueña con una nueva Copa América sin dos de sus estrellas de la ‘generación dorada’
El equipo de Ricardo Gareca llega a Estados Unidos con la marcada ausencia de Arturo Vidal y Gary Medel, jugadores que brillaron en el bicampeonato continental de 2015 y 2016
La selección de fútbol de Chile quiere cumplir con su sueño de sumar una nueva Copa América en sus vitrinas. Lejos de los años de gloria, el equipo dirigido por el entrenador argentino Ricardo Gareca llega a Estados Unidos sin dos de sus figuras históricas: Arturo Vidal y Gary Medel. La ausencia de las estrellas de la llamada generación dorada del fútbol chileno, que supo d...
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La selección de fútbol de Chile quiere cumplir con su sueño de sumar una nueva Copa América en sus vitrinas. Lejos de los años de gloria, el equipo dirigido por el entrenador argentino Ricardo Gareca llega a Estados Unidos sin dos de sus figuras históricas: Arturo Vidal y Gary Medel. La ausencia de las estrellas de la llamada generación dorada del fútbol chileno, que supo de ganar el bicampeonato de América en 2015 y 2016, marca el inicio de un camino que parece estar más iluminado que en los años anteriores.
El Tigre Gareca, un director técnico respetado en Sudamérica y un ídolo para Perú —selección a la que entrenó entre 2015 y 2022, y que logró clasificar al Mundial de Rusia 2018— tiene sus objetivos claros. “Me trajeron para clasificar al Mundial”, dijo el exfutbolista el pasado marzo cuando anunció su primera nómina de jugadores para un partido amistoso. Los fracasos de La Roja en las clasificatorias para los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022 obligan a que las fuerzas se concentren en mejorar el nivel futbolístico para llegar a la cita mundialista de México, Estados Unidos y Canadá en 2026.
Con la atención volcada hacia las Eliminatorias, el desafío de la Copa América de Estados Unidos parece menor, pero el propio entrenador y los futbolistas chilenos han aclarado que este campeonato es clave para retomar el brillo perdido durante los últimos años. El equipo ha dado algunas señales claras de recuperación, las que se vieron la semana recién pasada, en el último partido amistoso frente a Paraguay disputado antes de emprender el vuelo hacia Norteamérica. El encuentro, jugado en Santiago, terminó con un 3-0 a favor de Chile. La prensa local destacó la presentación ante los paraguayos y los aficionados volvieron a experimentar una ilusión que estaba perdida.
Los presentes y ausentes
Desde el año 2007, con el brillante equipo de Marcelo Bielsa que jugó en el Mundial de Sudáfrica 2010, el plantel de la selección chilena mantuvo una columna vertebral de jugadores. Este mismo grupo de futbolistas fue el que sostuvo la sobresaliente participación en el Mundial de Brasil 2014, que incluyó un triunfo extraordinario ante España, el campeón mundial vigente. Los títulos de la Copa América de Chile en 2015 y la Copa América Centenario de 2016 en Estados Unidos —ambos frente a la Argentina de Messi— sellaron una época de oro que terminó con la final de la Copa Confederaciones 2017, que se cerró con una derrota 1-0 ante Alemania. Desde allí solo aparecieron los fracasos, con la ausencia de dos mundiales y con opacas participaciones en las siguientes Copa América (el 2019 Chile terminó en el cuarto lugar, y en 2021 solo alcanzó los cuartos de final). Esta trayectoria descendente obligó a pensar una renovación del equipo.
Ricardo Gareca llegó a Chile como un conocedor de una generación dorada a la que enfrentó (y sufrió) como entrenador de la selección peruana. Con ese antecedente, el argentino decidió llamar a algunos de los antiguos referentes de Chile como el portero Claudio Bravo, el centrocampista Mauricio Isla y el delantero Alexis Sánchez. Otro futbolista consolidado que se ganó un lugar en el plantel fue Eduardo Vargas, que había sido excluido de los procesos anteriores. El ánimo de renovación también llevó a la convocatoria de futbolistas jóvenes como el centrocampista Darío Osorio, de 20 años, que juega en el Midtjylland de Dinamarca.
Esta nueva etapa de La Roja también terminó con la permanencia de algunos deportistas que parecían inamovibles del equipo. El centrocampista Arturo Vidal, que tras más de una década de carrera en Europa retornó a Chile para jugar por Colo Colo, no fue considerado por Gareca. Fiel a su estilo polémico, el exfutbolista Barcelona —que desde hace varias temporadas lidia con las lesiones— ha lanzado mensajes en sus redes sociales en los que rememora su protagonismo en las dos copas ganadas por la selección en 2015 y 2016. El otro integrante de la generación dorada que no fue nominado fue Gary Medel. El exjugador del Sevilla, que recientemente fichó por Boca Juniors de Argentina, no será parte de la renovada defensa del equipo chileno.
Los dos clásicos y la incógnita
Chile jugará la Copa América como integrante del grupo A. Su primer rival será Perú (viernes 21 de junio en Arlington, Texas), un rival considerado como clásico por la intensidad de sus partidos. El conocimiento de Gareca de la selección peruana tras siete años de trabajo será importante al momento de evaluar el juego. El siguiente duelo será ante Argentina (martes 25 de junio en Nueva Jersey), otro rival habitual que ahora llega como campeón del Mundo y monarca defensor de la Copa América. En el papel, las diferencias entre ambos equipos, tanto en el nivel del juego como en la calidad de sus jugadores, son incontrarrestables, pero los chilenos creen que tienen posibilidades de competir. La fase se cerrará ante Canadá (sábado 29 de junio en Orlando, Florida), un rival desconocido que compite por primera vez en el torneo organizado por CONCACAF y CONMEBOL.
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