Brasil crea una aplicación para bloquear celulares robados: “Serán un pedazo de metal inútil”
En 2022, se robaron en Brasil casi un millón de móviles, un 16% más que el año anterior. El Gobierno espera que el nuevo proyecto ayude a reducir esos números
El robo de celulares en Brasil es uno de los delitos más frecuentes en las grandes ciudades, casi un ritual por el que hay que pasar al menos una vez en la vida. Hay modalidades para todos los gustos; desde el hurto en medio de una multitud hasta el atraco a mano armada, pasando por la última tendencia al alza: reventar el cristal de un vehículo por sorpresa y arrancar el aparato de las manos de su dueño en milésimas de segundo. Normalmente, al trauma de la pérdida le sigue un rosario de penosas gestiones,...
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El robo de celulares en Brasil es uno de los delitos más frecuentes en las grandes ciudades, casi un ritual por el que hay que pasar al menos una vez en la vida. Hay modalidades para todos los gustos; desde el hurto en medio de una multitud hasta el atraco a mano armada, pasando por la última tendencia al alza: reventar el cristal de un vehículo por sorpresa y arrancar el aparato de las manos de su dueño en milésimas de segundo. Normalmente, al trauma de la pérdida le sigue un rosario de penosas gestiones, y en muchos casos, la sorpresa desagradable de un agujero en la cuenta bancaria.
El Gobierno brasileño, a través del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, ha decidido tomar cartas en el asunto y este martes presentó un proyecto que pretende facilitar la vida a las víctimas y disminuir los robos. Se llama Celular seguro y es una aplicación muy sencilla que empieza a funcionar ya esta semana. Basta con registrar el número de celular, aunque también se puede guardar el número de una persona de confianza, que estaría autorizada a hacer la gestión de aviso desde su celular. Cuando ocurre el robo, el usuario activa el botón de aviso, que automáticamente llega a la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), que cancela el funcionamiento del aparato. Hasta ahora, esto ya se podía hacer, pero era casi ciencia ficción: interminables minutos al teléfono hablando con un robot.
La gran novedad es que ahora, además de agilizar el proceso, el sistema también avisará automáticamente al banco del que sea cliente el usuario, para que bloquee la aplicación del móvil y el ladrón no pueda aplicar los temidos golpes. Según el Gobierno, los bancos han prometido un plazo de entre diez y 30 minutos para cancelar las aplicaciones. Se han asociado prácticamente todos los que operan en Brasil, así que la cobertura será bastante amplia.
A medio plazo, el Gobierno también espera que se unan al proyecto las propias operadoras de telefonía móvil, para poder bloquear el chip (no solo el celular en sí) y de esta forma impedir que el ladrón reciba mensajes de SMS con los que pueda recuperar contraseñas, por ejemplo. Aplicaciones como iFood, Uber, 99 o Mercado Livre, muy populares en Brasil, también firmaron un protocolo de intenciones para adherirse al programa antes del 9 de febrero de 2024. En caso de que la persona cancele un celular perdido que luego aparece, por ejemplo, habrá mecanismos para que vuelva a funcionar.
Para el secretario ejecutivo del ministerio, Ricardo Cappelli, la aplicación tiene dos objetivos centrales: agilizar las gestiones de las víctimas y hacer que el robo de celulares no valga tanto la pena. “Estamos construyendo un botón de emergencia, para que cuando la persona lo active, rápidamente las operaciones se bloqueen y la persona pueda reorganizarse con más calma, sin la agonía de tener que parar su vida para hacer 300 llamadas (…) nuestro objetivo es transformar el aparato robado en un pedazo de metal inútil”, dijo en rueda de prensa. La aplicación, en cualquier caso, no impide que la víctima del robo presente una denuncia en comisaría.
El responsable del ministerio afirmó que la aplicación es el resultado de seis meses de trabajo y de haber llegado a la conclusión de que es mejor abordar el problema en su conjunto que con acciones paliativas de represión que no suelen funcionar. “Es un problema estructural de la seguridad pública brasileña, y no es fácil resolverlo”, resumió. El año pasado, se robaron en Brasil 999.223 celulares, según datos del Anuario de la Seguridad Pública, lo que supone un crecimiento del 16% respecto a 2021. La cifra real puede que sea mucho mayor, ya que la subnotificación de este tipo de delito es muy alta, sobre todo cuando no hay violencia de por medio.