Historia de la bofetada de Rodolfo Hernández a un concejal

Miles de personas lo han visto en loop, quedó inmortalizada en stickers y en memes. Llegó a la justicia. La cachetada de Rodolfo Hernández a un concejal de Bucaramanga es una de las imágenes más recordadas del ahora candidato presidencial y la evidencia más palpable de su carácter explosivo y colérico.

-’Miente hijueputa’, grita Hernández al concejal y le lanza un golpe que se choca en el cuello de John Claro. U...

Miles de personas lo han visto en loop, quedó inmortalizada en stickers y en memes. Llegó a la justicia. La cachetada de Rodolfo Hernández a un concejal de Bucaramanga es una de las imágenes más recordadas del ahora candidato presidencial y la evidencia más palpable de su carácter explosivo y colérico.

-’Miente hijueputa’, grita Hernández al concejal y le lanza un golpe que se choca en el cuello de John Claro. Un intento de bofetada que no atinó a la mejilla, pero se quedó marcada como la imagen del agresor.

“No es como cree la gente y dice Rodolfo que yo fui a su despacho intempestivamente, con luces, cámara y acción. La gente se quedó con la mentira”, dice Claro desde su casa en Bucaramanga que comparte con su esposa, hija y 6 perros. El concejal, músico y autor del himno de esa ciudad ubicada en el nororiente de Colombia, cuenta el origen del golpe mientras ve los videos en su estudio musical. Asegura que Hernández -quien suele grabar todo, según otras fuentes- subió el video editado a las redes buscando mostrar que lo habían provocado. Hernández dice que el concejal le tendió una trampa.

La historia comienza a principios de 2018, cuando Hernández iba por su tercer año como alcalde y su estilo dominado por la confrontación con los políticos ya sacaba chispas en la ciudad. En el Concejo le hacían control político a Olga Chacón, secretaria de Hacienda de la ciudad porque, según los concejales se extralimitó en sus funciones al recaudar un impuesto de Industria y Comercio a personas que ejercen profesiones liberales. Para hacerlo necesitaba el aval de esa corporación. Claro cuenta que dieron el debate y obtuvieron la razón. Pero faltaba un debate de moción de censura.

Y ahí apareció Rodolfo Hernández sentado frente a la cámara en un tradicional Facebook Live donde solía salir cada semana a fustigar a un político. “Ahí el ingeniero me emplazó públicamente y cuestionó mi posición en esa moción de censura, que yo apoyaba. Dijo que si la votaba era un descarado y un sinvergüenza”, cuenta el concejal al que le pareció una intromisión de un alcalde sobre los concejales y decidió pedirle una cita para verse personalmente.

La cita estaba pactada y Claro llegó al despacho de Hernández con la cámara del Concejo. El alcalde, tenía la suya. Se sentaron cerca el uno del otro y Hernández lo escuchaba con los brazos cruzados, a veces con risa, otras con sorna. Transcurrieron 8 minutos y la conversación comienza a caldearse. El alcalde le dice al concejal que él se hizo elegir diciendo mentiras, que no es profesor de la principal universidad de la región. Se pone rojo, se para de la silla, lo manotea.

Claro le dice que se calle la boca: “su discurso excremental no me convence, alcalde”. Se para de la silla y le recuerda a Hernández haber sido socio de Fredy Anaya, un cuestionado político local, en una empresa llamada Entorno Verde y, para rematar la estocada, le pregunta si su hijo no fue miembro de la junta de esa compañía. Rodolfo Hernández entra en cólera y le grita la frase que ahora es carne de memes: “mientes, hijueputa”. “Me volteo y el alcalde se va por detrás y, con una mano, de forma cobarde porque se pone detrás de un policía, me lanza el golpe”.

Mientras detiene los videos, Claro, hoy de barba larga muy diferente al hombre de sombrero y bigote de la pantalla, dice: “¿Por qué Rodolfo me agrede verbalmente? ¿Por qué me golpea si nunca dije que su hijo era ladrón ni bandido? Nunca dije que Freddy Anaya, que fue el socio de él en una empresa, era un hampón. Nunca dije que Entorno Verde era una empresa ilegal o que tenía una procedencia oscura. Ni mucho menos agredí ni insulté al alcalde. Lo único cierto es que le dije una verdad, verdad que ni él ni nadie ha podido desmentir y que hoy en día lo tiene en juicio oral”.

Por orden de la Procuraduría el entonces alcalde fue suspendido por unos meses y se abrieron otros dos procesos penales en la Fiscalía, uno por agresión y otro por injuria. “Pero asómbrense, ambos fueron archivados. Igual vamos a apelar, porque consideramos que hay que sentar un precedente de sana convivencia”, dice el concejal. Claro aún está perplejo porque Hernández tenga altas posibilidades de ser presidente de Colombia. “Somos un país que lleva 70 años en violencia y si los que estamos como servidores públicos, alcaldes, concejales, diputados, candidatos presidenciales, nos comportamos así, no sabemos como sociedad a dónde iremos a parar”.

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