"Aquí no manda ni la policía", dice, chulesco un chaval de 16 años, apoyado en el cristal de un bazar chino en la céntrica calle de Àngel Guimerà, en Salt (Gironès). Sus amigotes le ríen la gracia. Allí ardieron la madrugada del domingo dos coches y siete motocicletas.
Como los que en las películas mueren con las botas puestas, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se olvidó ayer -o precisamente todo lo contrario- de que las encuestas apuntan sin tregua que los socialistas perderán la capital catalana y exhibió durante su conferencia anual "orgullo" de su gestión al frente del Ayuntamiento.
"Me podíais haber avisado de que la ibais a montar. Así me habría preparado", pedía entre risas el encargado del bar Cátedra, en Via Laietana, a los sindicalistas de la CGT que se tomaban el café de media mañana. "Estas cosas hay que hacerlas sin avisar", se disculpaban.
Película en Lengua Catalana, Director, Guión, y así, hasta 13 premios de los 15 a los que estaba nominada. Pa Negre, la cinta dirigida por Agustí Villaronga, fue la triunfadora de la tercera edición de los Premios Gaudí, que entregó ayer la Academia del Cine Catalán.