La protesta social en Francia
Nicolas Sarkozy prometió el lunes pasar al ataque ante la amenaza de parálisis de un país, Francia, soliviantado por su polémica reforma de las pensiones. Ayer lo cumplió. A las cuatro de la madrugada del viernes se presentó en la entrada de la estratégica refinería de Grandpuits, en la región de París, paralizada por huelga desde hace 15 días.
Enfundadas en sus abrigos debido al fresco aire matutino, Laura y Priscilla charlan ante la entrada de Louis Pion, la tienda de relojes de la que son empleadas y en la que deberían estar trabajando a esa hora de media mañana. A sus espaldas, el cierre del local está echado a medias.
Estados Unidos recurrió ayer a la política del palo y la zanahoria con su viejo aliado paquistaní, al que concedió un nuevo paquete de ayuda militar a cambio de que refuerce la lucha contra la insurgencia. Washington informó de la concesión de 2.000 millones de dolares (1.435 millones de euros) por un periodo de cinco años para la compra de equipamiento contrainsurgente.
Los asistentes a una comida, esta semana en Los Ángeles, para animar a los latinos a acudir a las urnas en noviembre parecían más interesados en los tacos que en los votos. "Nuestra participación puede decidir estas elecciones", decía, con bastante razón, uno de los oradores.
"No es necesaria ninguna investigación" (No need of investigation). La frase aparece en muchos de los 400.000 documentos secretos de la guerra de Irak publicados ayer por la web de filtraciones Wikileaks y prueba que la coalición de fuerzas internacionales en Irak fue insensible a muchas de las revelaciones de abusos.
Los peores temores se han confirmado: el cólera ha venido a complicar la precaria situación en la que se encuentra Haití tras el devastador terremoto del pasado 12 de enero. El brote se ha cobrado ya la vida de al menos 138 personas, y otras 1.500 están infectadas.