Estilos
Ruido que pide a gritos ser arte
DANIEL VERDÚ | Madrid
El reloj de la Casa Encendida vuelve a dar las horas. Desde hoy y hasta el 30 de junio, secuencias de cinco segundos extraídas de una improvisación del artista sonoro y, podríamos llamarlo así, campanólogo Llorenç Barber marcarán el paso del tiempo cada día. Hay más. Glaciares rompiéndose, ordenadores de madera, pájaros de plástico, microfrecuencias inaudibles y un bosque de cuerdas fluorescentes con pulsadores gigantes a los que subirse para vibrar como un diapasón.