Dicen que los debates electorales son aburridos. No en el Reino Unido. Quizás el espectador no especialmente interesado en la política británica que siguiera el debate de anoche, el segundo de la campaña para las elecciones del 6 de mayo, se aburriera. Pero sus consecuencias pueden ser apasionantes.
Bélgica se zambulló ayer en una arriesgada crisis político-lingüística que culminó con la presentación de la dimisión del Gobierno del democristiano flamenco Ives Leterme ante el rey Alberto II. El desencadenante inmediato de la crisis fue el abandono de los liberales flamencos del Open VLD del penta-partito, cuyo Gobierno llevaba sólo cincos meses de vida.
La democracia italiana vivió ayer una jornada histórica. Silvio Berlusconi y Gianfranco Fini, los cofundadores del Pueblo de la Libertad, el partido más votado del país, escenificaron su ruptura en Roma. Ambos se lanzaron críticas, reproches, trapos sucios y dardos envenenados ante los 477 delegados del comité de dirección del partido.
Cinco bombas disparadas con lanzagranadas en tres lugares del barrio financiero de Bangkok causaron ayer la muerte de una persona e hirieron a otras 75, de las cuales uno es australiano y otro japonés. Las granadas son del mismo tipo que las que, según el Gobierno, usaron los manifestantes camisas rojas para disparar contra los soldados el pasado 10 de abril.
La tensión se agudiza en Nicaragua. Por tercer día consecutivo, simpatizantes del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) atacaron con piedras y bombas caseras la sede de la Asamblea Nacional, donde los diputados de la oposición lograron ingresar escoltados por la policía.