A finales de los noventa, un coronel del GRU, el servicio de espionaje de las Fuerzas Armadas rusas, residente en España, fue llamado inesperadamente a Moscú. No sin algunas dudas, el coronel, hijo de republicanos españoles criado en la Unión Soviética, acudió a la llamada de sus superiores.
Si todo se desarrolla conforme a lo previsto, el juicio contra Roberto Flórez quedará visto para sentencia mañana, una vez declare el último de los peritos -un agente del CNI que debe corroborar el carácter secreto de la documentación que guardaba el ex espía en su domicilio y en un despacho particular- y que las partes eleven a definitivas sus conclusiones.
El veterano dirigente orensano José Luis Baltar atraviesa solo el Pazo de Os Remedios, busca a su mujer, Alicia Blanco, entre la media docena de pancartas de apoyo a su hijo, y concluye: "Ya está". Familiares y amigos se arrancan con vítores de "¡presidente, presidente!", el pabellón se contagia y aparece en escena el heredero, José Manuel, en medio de una atronadora ovación que hace imperceptible la entrada, por una puerta lateral, del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
El debate sobre el emplazamiento del almacén nuclear lo esperaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la reunión del comité federal del PSOE celebrada ayer. No se equivocó. Lo plantearon el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el líder de los socialistas de Castilla y León, Óscar López.
L. R. AIZPEOLEA | Madrid
Con su silencio, el presidente quiere sacar ventaja del debate sobre su presentación como candidato electoral