Los conflictos internos del PP
A Alfonso Guerra se le atribuye una frase de 1982 -"el que se mueva, no sale en la foto"-con la que buscaba la unidad interna de un PSOE que llegaba al Gobierno. Mariano Rajoy inventó su propia fórmula ayer para decir lo mismo: "No habrá próxima vez", sentenció ante el Comité Ejecutivo más tenso de los últimos años.
Durante un buen rato, hubo un intento en la reunión de pasar por encima del problema real, y todos los dirigentes -hablaron primero los presidentes regionales- se conjuraban en sus discursos para que la reunión sirviera como un antes y un después.
El vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, se reafirmó ayer en su censura a las prácticas del Gobierno de Esperanza Aguirre, aunque pidió disculpas a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del PP por hacerlas públicas en una entrevista en EL PAÍS y no en los órganos internos del partido.
La crisis abierta la semana pasada en el Partido Popular de Ceuta por la puesta en circulación de un vídeo con contenido sexual en el que aparecía su presidente, Pedro Gordillo, de 68 años, quedó zanjada ayer, al menos provisionalmente, a los cuatro días de haber estallado.
El Gobierno catalán cerró ayer filas y arropó públicamente al gerente de la empresa pública de urbanismo de la Generalitat, Incasòl, Emili Mas, a quien el juez Baltasar Garzón cita en su auto del caso Pretoria en referencia a unas supuestas facturas falsas que sirvieron para desviar fondos europeos por parte del Ayuntamiento de Santa Coloma.
El PSOE, que tenía ya asegurada la aprobación de los Presupuestos para 2010 con su acuerdo con PNV y Coalición Canaria, decidió ayer en la Comisión de Presupuestos tener algunos gestos políticos con los partidos de izquierdas (BNG, IU, ICV y ERC) que habían quedado descolgados del debate de totalidad.
"Las enmiendas para Benidorm no se admitieron porque no encajan en la arquitectura de estos presupuestos". Con esta frase despachó el portavoz parlamentario de Presupuestos del PSOE, Francisco Fernández Marugán, la pregunta sobre por qué la dirección del grupo decidió rechazar dos enmiendas firmadas por cuatro diputados socialistas por Alicante para la localidad alicantina de Benidorm.
Tabla rasa y cuenta nueva. El nuevo jefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz, no quiere mirar al pasado. Ni para aclarar las supuestas irregularidades de su antecesor ni para depurar a los agentes que conspiraron contra Alberto Saiz hasta forzar su dimisión.