La cumbre de Annapolis
Los líderes israelí y palestino firmaron ayer en Annapolis (Estados Unidos), con el presidente George W. Bush como testigo, un acuerdo para abrir negociaciones que deben conducir a la creación de un Estado palestino independiente antes de finales del próximo año a cambio de una todavía inimaginable paz entre esos dos pueblos y de una aún más inverosímil paz entre Israel y los países del mundo árabe.
"Todo el mundo debería rezar por el éxito de Annapolis", declaró ayer el presidente israelí, Simón Peres. "Dios lo quiera", deseó el dueño de una cafetería de Ramala (Cisjordania). "Dios bendiga vuestro trabajo", concluyó su discurso George Bush, aludiendo a Ehud Olmert y Mahmud Abbas.
El olor a quemado lo invade todo en Villiers le Bel, pequeña ciudad al norte de París. Ayub barre la acera frente al supermercado donde trabajaba hasta ayer. Ahora está destruido. "Es la guerra, hermano", dice, "pero tenía que pasar, hay demasiado odio entre los chavales y la policía".
Serbia ofreció ayer a Kosovo la máxima autonomía posible sin llegar a la independencia en un último e infructuoso intento de evitar una escisión del territorio que la comunidad internacional considera inevitable. Pristina estaría presente en organismos internacionales, aunque no en la ONU, y controlaría su policía.
CRISTINA GALINDO / MARÍA R. SAHUQUILLO | Madrid
En medio de una gran tensión, agravada por la situación de ingobernabilidad que se vive en Sucre, y mientras el Ejecutivo boliviano y la oposición se lanzan amenazas que exceden lo político, seis de las nueve provincias en las que está dividida Bolivia están convocadas hoy a una huelga general contra la aprobación de la nueva Constitución del presidente, Evo Morales.
Irán anunció ayer que ha fabricado un misil de 2.000 kilómetros de alcance. El Ashura, como se ha bautizado el vector, constituye la penúltima adición al arsenal convencional iraní en un momento de creciente tensión por su programa nuclear.