No es sólo una cuestión de vaqueros
CARLOS E. CUÉ | Madrid
María Amor González no aguantó la presión que se vive en Israel. Hace año y medio cogió a sus cuatro hijos, de entre 14 y 8 años, y se los llevó a Avilés, donde nació y aún tiene a la familia. Los menores y su madre llevaban ocho años viviendo en Israel con su marido, un judío ultraortodoxo con el que se casó en 1988 en Miami. Confiaba en que la justicia española le ayudaría, pero no ha sido así.