Escribir como se habla, como se piensa, como se respira. El grupo de artistas que definieron la contracultura de la segunda mitad del siglo XX, la llamada generación beat, no declamaba: aullaba. Así, Aullido, tituló Allen Ginsberg el largo poema que publicó hace ahora 50 años y con el que sacudió las mentes de una época marcada por los fantasmas del conservadurismo.
Recién aterrizado en Madrid, donde abre mañana la gira europea de Bajofondo Tango Club, Gustavo Santaolalla (Buenos Aires, 1951) se comporta como lo que es: un triunfador californiano. Detalla minuciosamente los deals (acuerdos de negocios) que desembocaron en el encargo de su vida: confeccionar la música de Brokeback Mountain, este año Oscar a la mejor banda sonora.
La música electrónica ha introducido notables cambios en la música popular. Uno de los más destacables es el asentamiento del pinchadiscos como artista y creador relevante. En consecuencia, fueron los pinchadiscos los que marcaron la pauta en la última noche del Sónar con sesiones de distinta orientación y nombres como los de Diplo y A-Trak, Ángel Molina o Miss Kittin.
JOSÉ LUIS MERINO | Bilbao
VICENTE SOBRINO | Alicante