Gutiérrez Aragón detiene el tiempo en Cuba para 'Una rosa de Francia'
Las discípulas de Madame saben de verdad para qué sirven los bidés. Las clases de francés que da Madame en su mansión de La Habana son famosas en toda la isla y cualquier juez, cualquier ministro, cualquier pez gordo que se precie conoce sus dotes pedagógicas y su capacidad para obrar la metamorfosis.