El efecto perverso de las guardias
Las jornadas laborales prolongadas, hasta de 30 horas ininterrumpidas, no ayudan a los médicos en formación, conocidos como MIR, a adquirir más conocimientos. Varios estudios revelan que las guardias sin libranza al día siguiente, que los médicos residentes realizan entre cinco y seis días al mes, perjudican su salud y elevan el riesgo de cometer errores.