Los Juegos de la XXV Olimpiada se inauguran hoy en Barcelona con una ceremonia que verán 3.500 millones de telespectadores en todo el mundo, récord de audiencia en la historia de la comunicación. Éstos son los primeros Juegos Olímpicos tras la guerra fría y la desaparición de un mundo dividido en bloques. El significado, del evento como tregua y encuentro entre pueblos será resaltado con una llamada a la paz en la antigua Yugoslavia, según destacaron ayer el presidente del comité organizador y alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch.
La fotografía que hoy publica EL PAÍS en su primera página ilustra fehacientemente el esfuerzo realizado por las distintas Administraciones, por los organismos intermedios y por la sociedad para dar a luz unos Juegos Olímpicos que significarán un hito en la historia de la España del siglo XX.
LLEGAR HASTA aquí ha sido ya un éxito. Los Juegos Olímpicos de 1992 se inauguran hoy en una Barcelona transformada, con las instalaciones deportivas y los servicios de acogida a punto, y en medio de una expectación general de la que da cuenta la previsión de audiencia televisiva en todo el mundo: 3.500 millones de personas.
La declaración final de la II Cumbre Iberoamericana, que el rey Juan Carlos clausuró a última hora de la tarde de ayer en Madrid, condena el golpismo y las barreras comerciales y defiende la democracia representativa como "la única forma de resolver los problemas internos". "Nuestro propósito", se añade, "es una sociedad libre..., sin perseguidos ni excluidos".