España buscó un empate miserable
O España cambia radicalmente, o sería mejor que se fuese preparando para un regreso apresurado a casa. Su presentación en el Mundial fue catastrófica, rozando el ridículo, y si consiguió un empate fue porque Uruguay pecó de una torpeza total en el ataque. Los fallos fueron de todo tipo: de mentalización (algunos jugadores parecían abrumados por la responsabilidad), de organización (el centro del campo apenas apoyaba a la defensa), de ambición (en toda la segunda parte no hubo ni un solo disparo a puerta), de fuerza física (el equipo e vino abajo poco a poco hasta acabar desbordado, pese a no realizar una presión poderosa), y de reacción táctica (Luis Suárez, desde el banquillo, no varió nada hasta los cambios a 10 minutos del final, sólo para salvar el empate).