Juan Pablo I murió tras una jornada normal de trabajo
Juan Pablo I fue encontrado muerto en su cama, en la madrugada del viernes. Su retraso en acudir a la misa que celebraba habitualmente a esa hora y una luz encendida en su habitación, dieron origen a que su secretario privado, el sacerdote irlandés John Magee, entrase en la misma y hallase el cadáver. Según el texto oficial facilitado por un portavoz del Vaticano, la muerte le sobrevino, probablemente, a las veintitrés horas del jueves «de resultas de un infarto de miocardio».