La crisis del euro
| Un nuevo escenario
La política irrumpió ayer con la fuerza de un volcán en erupción en la crisis del euro, dominada hasta ahora por las primas de riesgo y demás tecnicismos de los mercados, y por las constantes peleas entre tecnócratas acerca de Grecia, de la banca y de todo lo que lleva un par de años distrayendo a los europeos del problema de fondo: la supervivencia del euro.
El impacto en los mercados
La (mala) suerte quiso que los líderes europeos aprobaran la última ayuda a Grecia el 27 de octubre, en la víspera de que el país mediterráneo conmemore el día de 1940 en el que el dictador Ioanis Metaxas impidió la entrada de las tropas italianas de Mussolini al inicio de la II Guerra Mundial.
La respuesta de los socios
Como en el cuento, los líderes de la Unión Europea vendieron el pasado jueves la piel del oso antes de cazarlo, esta vez en forma de acuerdo para salvar a Grecia y consolidar la zona euro. La ficción les ha estallado en la cara como una granada, dejándoles una vez más en evidencia ante unos mercados que les consideran incapaces de resolver los problemas de la eurozona.
La crisis del euro El debate multilateral
Miles de personas se manifestaron ayer en Niza, a pocos kilómetros de Cannes, la localidad francesa que acogerá la sexta cumbre del G-20 el próximo viernes. Sus reivindicaciones -una lucha real contra los paraísos fiscales, impuestos al sector bancario para financiar programas contra la pobreza, más regulación de los mercados-, se atuvieron al guion de otras cumbres.
La crisis del euro
| Impacto en el sector financiero
Si el caso de MF Global ya era de por sí complejo, la historia detrás de su colapso se complicó ayer aún más. La solución de última hora para poner la firma de corretaje en manos de Interactive Brokers cayó de la mesa porque hay cientos de millones que se dan por perdidos.
Los becarios ya existen en los registros de la Seguridad Social. Desde ayer, las empresas, las fundaciones, las administraciones y todos aquellos organismos que empleen a becarios en prácticas profesionales a cambio de un sueldo tienen la obligación de cotizar por ellos.
Se quedó y le costó más de lo que nunca se imaginó. Durante casi dos años después de que Bernard L. Madoff confesara que había dirigido el esquema de Ponzi más grande de la historia, Ruth Madoff -que se enamoró de él a los 13 años y se casó a los 18- permaneció junto a su marido, al que el resto del mundo consideraba un monstruo.