También la geografía produce sus metáforas. El rechinar de dientes del otoño europeo tiene su contrapeso en la tímida primavera que llega a esos países que llaman emergentes. Y lo que vale para el clima vale para la cultura.
No hay ninguna obra suya expuesta, pero el espíritu, la belleza formal y el compromiso social y político de Félix González-Torres sobrevuelan estos días la Bienal de Estambul. La cita más política y comprometida del panorama se presenta como un homenaje en forma de antología al artista cubano, a quien el sida se llevó por delante en el mejor momento de su carrera.
FRANCESC ARROYO | Barcelona