El régimen sirio se dispone a afrontar unas jornadas críticas. Con la revuelta popular extendida a casi todo el país, el presidente Bachar el Asad apura los recursos de un doble juego que hasta ahora no ha funcionado: concede con una mano y reprime con la otra.
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) ha enviado a Yemen a su flamante secretario general, Abdul Latif al Zayani, para tratar de convencer al presidente Ali Abdalá Saleh de que abandone el poder. La propuesta contempla su dimisión en el plazo de 30 días, una vez que el Parlamento garantice su inmunidad, y elecciones 60 días después.
Desde el principio de la crisis en Yemen, la preocupación de sus vecinos y aliados, con Estados Unidos a la cabeza, ha sido que Al Qaeda sacara partido de una posible fractura del país. Con un movimiento separatista en el sur y la insurrección huthi en el norte, el frágil Estado central yemení apenas necesitaría un soplo para derrumbarse como un castillo de naipes.
Intervención aliada en Libia
"En la ciudad libia asediada de Misrata. Bombardeos indiscriminados de las fuerzas de Gadafi. No hay rastro de la OTAN". En la era de Twitter, esas fueron las últimas palabras públicas del galardonado fotógrafo británico Tim Hetherington, un epitafio antes de que la guerra que inmortalizó con su objetivo acabara con su vida el miércoles a los 41 años.
Los días en que la euforia en Bengasi cedía paso a la depresión en cuestión de horas, al compás de los avatares en el campo de batalla, son el pasado. La realidad se impone testaruda en Libia y los ciudadanos son conscientes ahora de que, salvo un colapso precipitado e inesperado del régimen de Muamar el Gadafi, derrocar al dictador llevará tiempo.
El futuro de Europa
Hay veces que los discursos de los políticos poco tienen que ver con las preocupaciones de los ciudadanos. Hay otras en las que los políticos son capaces de crear con sus mensajes nuevas realidades y problemas hasta entonces inexistentes. Es lo que ha sucedido en Finlandia, un país con un número de inmigrantes muy reducido.
Ni el clima de crisis política ni la desesperada situación económica, que ha obligado a Portugal a pedir ayuda externa, han mermado las posibilidades electorales del primer ministro en funciones, José Sócrates, según revela la última encuesta a seis semanas de los comicios anticipados del próximo 5 de junio.
Fukushima ha sacudido la autoestima de la ingeniería de Japón. El país no solo ha admitido que va a tardar casi un año en controlar la nuclear -en el mejor de los casos-, sino que ha pedido ayuda al exterior. Primero solicitó a la francesa Areva expertos para tratar el agua radiactiva que se escapa de la central, y ahora han sido robots de EE UU los primeros en entrar.