La amenaza integrista
La policía clausuró ayer una mezquita en Hamburgo por "difundir ideología agresiva y antidemocrática", servir de punto de encuentro para islamistas y reclutar yihadistas. Además del centro religioso, el Ministerio de Interior de la Ciudad-Estado alemana también ha prohibido la asociación cultural que lo gestionaba.
Como cuando regían el país, hace nueve años, los talibanes ejecutaron el domingo a una mujer a la que acusaban de adulterio, después de someterla a la humillación de darle 200 latigazos en público, según la policía de la provincia de Badghis, al noroeste de Afganistán, donde están desplegados los militares españoles.
Cabía suponer que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fuera la persona mejor informada sobre el asalto naval que el 31 de mayo dejó nueve muertos sobre la cubierta del buque turco Mavi Mármara. Pero, según el propio Netanyahu, no es exactamente así.
La mortalidad en Moscú se ha duplicado durante la ola de calor que se inició en julio, según reconoció ayer el responsable de la sanidad municipal, Andréi Seltsovsky. En circunstancias normales, entre 360 y 380 personas fallecen cada día en la capital, pero esta cantidad ahora es de cerca de 700, reveló el funcionario durante una rueda de prensa.
Naomi Campbell miente. Sí sabía que Charles Taylor, ex presidente de Liberia, acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, le regaló en 1997 los diamantes sin tallar recibidos tras una cena organizada por Nelson Mandela, entonces presidente sudafricano.
Mas de cinco millones de ruandeses acudieron ayer a votar en las segundas elecciones presidenciales celebradas tras el genocidio de 1994. El actual presidente y líder del Frente Patriótico Ruandés (FPR), Paul Kagame, renovará su mandato otros siete años por amplia mayoría, ya que concurrió casi sin rivales.
La seguridad plantea siempre un gran reto a las Naciones Unidas a la hora de desarrollar su misión de paz en países en conflicto. El atentado hace siete años contra su cuartel general en Irak es el ejemplo más desgarrador. Ese temor a un ataque fue lo que en 1993 forzó al organismo, embajadas occidentales y organizaciones humanitarias a abandonar Somalia e instalarse en Kenia.