Todo transcurría por el cauce previsto. El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, reiteraba el inquebrantable compromiso de su país con la seguridad de Israel y su intención de impedir que Irán logre algún día fabricar la bomba atómica cuando el Gobierno de Benjamín Netanyahu propinaba una bofetada a su ilustre visitante, el alto cargo de más relevancia que visita Israel desde que Barack Obama asumiera la presidencia 13 meses atrás.
Los principales países involucrados en las negociaciones con Irán, con Estados Unidos, Francia y el Reino Unido a la cabeza, han comenzado consultas para la aprobación en las próximas semanas en el Consejo de Seguridad de la ONU de nuevas y contundentes sanciones contra el régimen islámico por la ocultación de su programa nuclear.
Mientras Hosni Mubarak, presidente de Egipto, se recupera de la operación de vesícula a la que fue sometido el pasado sábado en Alemania, en sus dominios y en la comunidad internacional las lenguas se han disparado preguntándose por el futuro político de un país que el convaleciente, de 81 años, ha gobernado las últimas tres décadas.
La disidencia cubana se ha movilizado para evitar un desenlace trágico en el caso de Guillermo Fariñas. El opositor, de 48 años, se encuentra muy débil después de dos semanas de huelga de hambre, pero asegura que persistirá en la protesta hasta que las autoridades excarcelen a 26 presos políticos enfermos.
La policía de Irlanda detuvo ayer a siete personas sospechosas de planear el asesinato del artista sueco Lars Vilks, de 63 años. Al Qaeda puso precio a la cabeza de Vilks en 2007 después de que éste exhibiera en una galería de arte sueca varias caricaturas del profeta Mahoma con forma de perro: 100.000 dólares (74.000 euros), con una prima del 50% si los asesinos degollaban al artista
Casi tres meses después de que fuera misteriosamente robado de su tumba en un cementerio de Nicosia, el cadáver del ex presidente de Chipre Tasos Papadopulos ha sido recuperado y volverá a ser inhumado. Tres personas fueron detenidas anoche tras una rocambolesca investigación policial.
La herencia de la guerra de los años noventa tiñe de rojo los números de la economía de Bosnia-Herzegovina. Quince años después de los acuerdos de Dayton, el Estado que de ahí nació se tambalea entre la complejidad de su estructura de gobierno y la debilidad del tejido social.