El Nobel de la Paz
Barack Obama entró ayer en un distinguido y exclusivo Olimpo con la pronunciación de un discurso que buscaba hacer congruente la paradoja de ser un presidente en guerra que lucha por la paz. El mandatario de Estados Unidos, más Obama que nunca, defendió en Oslo la idea de la "guerra justa" y para ello se remontó a la noche de los tiempos.
A lo largo de los últimos meses se han ido acumulando pruebas de que Barack Obama está mejor valorado (o comprendido) fuera que dentro de su país, útil para ganar premios pero inconveniente para ganar elecciones. El último ejemplo son las encuestas sobre su nueva estrategia en Afganistán, de la que el público respalda el envío de tropas y condena la fijación de una fecha para la retirada.
El ministro iraní de los Servicios Secretos, Heydar Moslehí, lanzó ayer una poco velada advertencia al ex presidente Ali Akbar Hachemí Rafsanyaní por su apoyo a la oposición. "Aquellos que se creían seguros debieran saber que la sociedad no puede aceptar esa seguridad por más tiempo", declaró Moslehí tras acusarle de "estar contra" el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
El futuro de Europa
El flamante presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, sorprendió ayer a los mandatarios europeos con un mensaje dominado por el pragmatismo y la simplificación para agilizar el funcionamiento de la Unión.
El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, convocó ayer a los líderes de los principales partidos políticos para tomar las medidas necesarias para hacer frente a la grave crisis financiera que sufre el país. El dirigente socialista planteó ayer como una prioridad la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal para asegurar la recuperación económica.
La pugna entre Eduardo Frei, de 67 años, y Marco Enríquez-Ominami, de 36, por saber cuál de los dos disputará finalmente la presidencia al candidato único de la derecha, Sebastián Piñera (60), es el centro de la jornada electoral del próximo domingo.