Una veintena de hombres aguardan a primera hora de la mañana en un aula del número 23 de la calle de Pujades de Barcelona. Proceden de distintos países y son de distintas etnias, pero muchos comparten un pasado reciente: la zozobra económica les ha empujado al paro. Y de ahí, a buscar otro oficio al volante de uno de esos coches negros y amarillos.
Grupos de diables de toda Catalunya invadieron ayer Berga en una manifestación festiva con la que pretenden llamar la atención del Gobierno para que garantice la continuidad de las fiestas populares y folclóricas en las que el fuego y el material pirotécnico son protagonistas.
Henry Guaino, el consejero especial del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y uno de los hombres más influyentes del Elíseo, estuvo ayer en Barcelona para visitar el Palau de Pedralbes, futura sede del secretariado de la Unión por el Mediterráneo (UpM), acompañado por el presidente de la Generalitat, José Montilla.
Es ya una tradición de la semana negra barcelonesa. Acaba con una gran fiesta a mediodía del sábado, ayer, en la librería Negra y Criminal de la Barceloneta. El jolgorio empezó a las doce y a las 12.30 el minúsculo espacio de la librería especializada en género negro de Barcelona estaba tan abarrotado que la fiesta se expandió a la tranquila calle de la Sal.