La lucha contra el terrorismo
Los datos recopilados por las policías española y francesa a lo largo de las semanas en las que vigilaron a Garikoitz Aspiazu, Txeroki, revelan que la brecha interna abierta en el núcleo dirigente de ETA alcanzó la dimensión y profundidad de una auténtica fractura.
Sus amigos pensaban que Garikoitz Aspiazu, Txeroki, iba para dirigente político abertzale, y que por esa razón no quería meterse en la primera línea de la kale borroka. Su ficha policial aparece casi inmaculada en materia de sabotajes y siempre mantuvo un perfil discreto.
Nadie sabía cuándo. Pero todo el mundo daba por hecho en la izquierda abertzale que, tras la detención en mayo en Burdeos (Francia) del jefe intelectual de ETA, Javier López Peña, Thierry, más pronto que tarde acabaría cayendo el jefe militar, Garikoitz Aspiazu, Txeroki.
Los guardias civiles que el pasado lunes asistieron en Cauterets (Francia) a la detención de Txeroki se abrazaron emocionados. Algunos habían sido compañeros de Centeno y Trapero, asesinados hace casi un año en Capbreton por el propio pistolero.
Sin poner en peligro el futuro de España a medio y largo plazo, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero utilizará todos los resquicios que ofrece el Estado para movilizar recursos que pongan un dique a la destrucción incontenible de puestos de trabajo.
En el PP no existen ya las semanas tranquilas. Mariano Rajoy, que aún trata de recuperarse de la dolorosa ruptura con UPN, sufrió ayer un nuevo incendio, y de los grandes, cuando su mentor, José María Aznar, el hombre que decidió colocarlo al frente del PP en 2003, subió a una tribuna madrileña y, rodeado de jóvenes aguirristas que le gritaban "presidente, presidente", lanzó una durísima carga de profundidad contra su heredero.
NATALIA JUNQUERA | Madrid
Los niños robados por el franquismo relatan su historia, recuperada por Garzón
Cientos de marroquíes apedrearon a policías y guardias civiles españoles ayer por la tarde en la frontera melillense de Beni Enzar al tiempo que trataban de entrar a la fuerza en la ciudad autónoma.