"Igual que yo sufro 'jet lag', las bacterias tienen su reloj interno"
En el año 2000, Michael Elowitz hizo el primer oscilador genético sintético, un reloj biológico construido a partir del diseño de un nuevo circuito genético dentro de una célula. Demostró que, al igual que las personas tienen un reloj biológico que sufre por los cambios horarios, las células calculan el tiempo y pueden sincronizarse para realizar acciones.