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El lujo ya no teme a Internet
Uno de los mayores fiascos de la primera burbuja de Internet fue una tienda de ropa deportiva y de diseño: Boo.com. Se lanzó a bombo y platillo gracias a una inversión de 80 millones de libras, pero se fue al traste en 2000 y permanece en la pequeña historia de lo virtual como un recordatorio de los pecados que evitar, sobre todo, avaricia y soberbia.