Libertad para el espía nuclear
Los pacifistas internacionales le consideran un héroe. La mayoría de los israelíes lo califican de traidor. En medio de esta polémica, Mordejai Vanunu abandonó ayer la prisión de Shikma, en Ashkelon, a poco menos de medio centenar de kilómetros al sur de Tel Aviv, donde ha permanecido recluido durante los últimos 18 años, condenado por un delito de espionaje y traición al haber desvelado al mundo en 1986, a través del periódico británico The Sunday Times, los secretos nucleares que los israelíes encerraban en la central atómica de Dimona, en el desierto del Neguev.