Misionero de alto riesgo
MIGUEL BAYÓN | Madrid
La noche de Reyes hubo puertas derribadas: "¡Agarradlos!". Juan Carlos Martínez, 39 años, logroñés, y dos compañeros suramericanos de la Congregación de la Consolata fueron arrastrados a dos vehículos. "Eran coches de autoridades de aldeas hostiles", recuerda Juan Carlos, de vacaciones en España, y convertido a su pesar en referente de la lucha por los derechos indígenas en Roraima (Brasil, estado fronterizo con Venezuela y Guyana).