Los servicios secretos del Reino Unido grabaron las conversaciones del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en vísperas de la guerra de Irak. Así lo reveló ayer Clare Short, ministra de Tony Blair hasta que decidió abandonar el Gobierno tras la guerra en protesta por el pobre papel reservado a la ONU en la reconstrucción del país.
CATÁSTROFE EN ALHUCEMAS
Los habitantes de Alhucemas estallaron ayer contra el Gobierno por la falta de ayuda humanitaria para paliar los efectos del terremoto. De forma desorganizada, improvisada y caótica, la gente acusa al Ejecutivo de desviar la ayuda internacional hacia otras zonas del país menos críticas con las autoridades.
El rey Mohamed VI presidió ayer una segunda sesión de trabajo dedicada a examinar la situación en la provincia de Alhucemas, golpeada por el terremoto, pero tampoco se desplazó hasta la región siniestrada en la noche del lunes al martes.
Los radares del control aéreo en Bosnia-Herzegovina perdieron pasadas las ocho de la mañana de ayer todo contacto con el avión en el que viajaban el presidente de Macedonia, Borís Trajkovski, seis colaboradores de su Administración y dos tripulantes.
Tres agentes de los servicios de espionaje ruso han sido detenidos en el emirato de Qatar, donde se les acusa de estar involucrados en el atentado que costó la vida al dirigente separatista checheno Zelimján Yandarbíyev el 13 de febrero.
JOSÉ COMAS | Berlín
El ruso detenido por el asesinato del controlador que causó el choque de dos aviones sobre Alemania es el padre y marido de tres víctimas
Un convoy con cien empleados de la ONU, varios ciudadanos alemanes, británicos e italianos, cuatro españoles y tres niñas haitianas adoptadas por familias españolas fueron evacuados ayer de Haití, hacia cuya capital se dirigen las fuerzas insurrectas, según el último parte de la guerra psicológica abierta por el comandante Guy Philippe.
El canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, inició ayer una visita de dos días a Estados Unidos, y hoy se entrevista en Washington con el presidente George W. Bush con la intención de "mirar al futuro" y correr un velo, lo más tupido posible, sobre las diferencias provocadas por la guerra de Irak.