El obispo siguió de largo
ENRIC GONZÁLEZ | Washington
El obispo católico de Arizona reconoció, el mes pasado, que durante años había permitido que sacerdotes acusados de pedofilia trabajaran con menores. El fiscal Rick Romley le ofreció un trato: el obispo, Thomas O'Brien, podía evitar el banquillo de los acusados si renunciaba a buena parte de sus poderes. El obispo aceptó. El sábado, el obispo atropelló y mató a un peatón y se dio a la fuga.